Nueve personas quedaron ayer atrapadas en el tren regional que hacía el recorrido desde Ariza hasta Zaragoza a consecuencia de un enganchón en la catenaria. El suceso se produjo a media tarde entre las localidades de Morata de Jalón y Ricla y obligó a suspender el mismo servicio en sentido contrario, reteniendo a decenas de pasajeros en la estación de este último municipio.

El regional averiado debía haber llegado a la capital aragonesa a las ocho menos diez de la tarde, pero poco después de las siete el tren se paraba en el kilómetro 266,800 debido a un enganchón que provocó la rotura de unos 600 metros de catenaria, según fuentes de Renfe.

AVERIA COMPLEJA El interventor del tren que viajaba sentido Ariza y que se vio cortado en Ricla explicó que se trataba de una avería "poco habitual" y al mismo tiempo "muy compleja", lo que garantizaba que la reparación iba a durar toda la noche y posiblemente buena parte de la mañana de hoy.

El suceso y los trabajos de reparación obligaron a suspender todos los servicios previstos hasta nueva orden, ya que precisamente desde Ricla hasta Calatayud se encuentra el único tramo de vía única de la línea convencional Madrid-Zaragoza, lo que obliga siempre a alternar el paso de los convoyes que se cruzan.

El incidente tuvo lugar a poca distancia de la estación de Ricla, pero en un sitio de difícil acceso, al que sólo se podía llegar por caminos. La tormenta que había caído unas horas antes hacía más complicada las labores de evacuación de la gente que viajaba en el regional. Finalmente, se acercaron al lugar dos vehículos del Ejército, cuyos efectivos vigilan desde hace unas semanas las vías ferroviarias de la zona debido a la amenaza de ataques terroristas. Los militares fueron los encargados de ayudar a los afectados.

"EN MEDIO DEL MONTE" Mientras tanto, en la estación de Ricla esperaban unos pocos viajeros que debían haber cogido este tren a las siete y cinco minutos para desplazarse a Zaragoza. Según dos de las usuarias, Pili y María, a los 20 minutos de espera les habían informado de la avería y de que el tren se había quedado parado "en medio del monte". Jesús, por su parte, recordó: "El año pasado, en una tormenta, cayeron unos chopos cerca de Morata que también cortaron la vía".

Estos viajeros aceptaron con resignación las molestias. Pili, por ejemplo, viajaba a Zaragoza para relevar a su marido en los cuidados de una hija que tienen hospitalizada.

El mayor volumen de afectados por el suceso se encontraba en el tren 8751 que hacía el recorrido Zaragoza-Arcos de Jalón, que ya no pudo pasar de Ricla. Decenas de personas que viajaban hacia municipios como Mores, Ateca o Calatayud tuvieron que ser transportadas distribuidas en taxis y un autobús contratados urgentemente por Renfe.