Hace más de un año, Greenpeace lanzó la campaña Neopolitan con el reto de convertir a diez ciudades españolas en pioneras del cambio que necesita el planeta para luchar contra el cambio climático. Bajo la idea de que las ciudades juegan un papel fundamental, han analizado los Planes de Movilidad Urbana Sostenible (PMUS) de 12 capitales, como la de Zaragoza. Aunque la organización le otorga a la capital aragonesa una puntuación de 5,5 sobre 10, admite que la ciudad «va caminando en la buena dirección».

Sin embargo «tiene el reto inmediato de mejorar las conexiones con los barrios más alejados y con los municipios de su entorno, donde la dependencia del coche es todavía elevada». Greenpeace admite que los dos planes de movilidad diseñados por el consistorio -el último aprobado este año por decreto por el Gobierno de ZeC y sin contar con los grupos- son una «valiosa herramienta para gestionar la movilidad». Destaca la necesidad de poner en marcha la línea 2 del tranvía, un proyecto que pende de un hilo ya que no todos los partidos están a favor de esta obra (PP y Cs dicen que es inviable).

Añade que es recomendable seguir ampliando los carriles reservados, pues resultan imprescindibles para seguir impulsando el transporte sostenible. De las ciudades analizadas, los PMUS con mayor calidad son Barcelona, Bilbao, Madrid, Palma, Málaga y Valencia. En cambio, obtienen peor puntuación Albacete, Sevilla, Santiago de Compostela y Murcia.

Entre los retos de futuro, considera necesario que se promueva el transporte público para atender las principales demandas de movilidad. Insisten en que hay que incentivar el uso del transporte colectivo y de lo que llaman micromovilidad (como los patinetes), la regulación del transporte a la demanda y la gestión inteligente de la distribución de mercancías.