Tras unos años difíciles en los que se llegó incluso a dudar de su supervivencia, la viabilidad futura de Araclon Biotech está garantizada. La empresa aragonesa fue adquirida en marzo del 2012 por el grupo catalán Grifols, que la salvó de un ERE de extinción para sus 22 trabajadores. Ayer, durante la inauguración de la sede de Araclon en vía Hispanidad, el presidente de la multinacional, Víctor Grífols, volvió a reafirmar su apuesta por la firma zaragozana. "Es evidente que apostamos por este proyecto y que vamos a seguir haciéndolo", subrayó Grifols a este diario.

De hecho, Araclon se ha llevado gran parte de los 12 millones de euros que el grupo ha destinado este año a proyectos relacionados con el alzhéimer y fuentes próximas al grupo no descartan seguir ganando peso en el capital de la aragonesa (ahora cuenta con el 60%). "Hubiera sido una pena no ayudar a Araclon porque se hubiera perdido el trabajo realizado desde el 2004", indicó Grifols, cuya empresa se comprometió a invertir hasta 25 millones en Araclon en un plazo de cinco años.

Desde su entrada en el 2012, la firma aragonesa ha ganado seis empleos (hasta 28 trabajadores), pero la firma no prevé un gran aumento de la plantilla. Las nuevas instalaciones, dotadas con las más moderna tecnología, permitirá a la firma concentrar su actividad en una sola sede.