Un agente de los Grupos Rurales de Seguridad de la Guardia Civil (GRS) denunciará a sus mandos por la presunta detención ilegal de que fue víctima el pasado día 20, tras una discusión con un sargento cuando se encontraba fuera de servicio. El afectado no fue informado de las causas del arresto ni fue imputado hasta el día siguiente, después de que se le detuviera por segunda vez.

El agente, que ese día prestaba servicio en el blindaje de fronteras con motivo de la boda de los Príncipes, discutió con su sargento mientras ambos se encontraban en un bar de Jaca en la noche del día 19. A la mañana siguiente se procedió a su detención y se le obligó a entregar el arma reglamentaria, que le fue devuelta dos horas más tarde cuando se le puso en libertad.

IMPUTACION Durante ese tiempo no fue informado de los motivos del arresto ni se le imputó ningún cargo, pero volvió a ser detenido en la tarde del día 21 y entonces se le inculpó de un presunto delito de insulto a un superior, recogido en el Código Penal Militar, sobre el que se negó a declarar en dependencias de la Guardia Civil.

El imputado compareció ayer ante el Juez Togado Militar de Zaragoza, asistido por el abogado oscense Juan José Arbués. Aunque no ha trascendido el sentido de sus declaraciones, sometidas al secreto de sumario, fuentes allegadas al agente señalaron que éste negó los hechos que se le imputan, por estimar que no se produjo ningún insulto al sargento denunciante.

Al parecer, la discusión de produjo por algún aspecto del servicio que estaban realizando ambos implicados y por una incidencia registrada dos días antes, pero el agente no habría pronunciado ninguna palabra despectiva hacia su superior, según las citadas fuentes.

El guardia civil, que está destinado en Casetas, formulará una denuncia en los juzgados de Instrucción de Jaca contra sus mandos y contra los instructores que actuaron en el arresto por considerar que se vulneraron sus garantías constitucionales.