Las estaciones de esquí aragonesas todavía no dan por perdida toda la temporada y confían en abrir si se levantan las restricciones de movilidad provincial aplicadas para el control de la pandemia, algo que no sucederá como mínimo hasta el 31 de enero. Nieve no falta. Las pistas presenta unos espesores y calidad que pocos años se dan por estas fechas. Todo ello, con la excepción de Astún, el único de los seis centros invernales de la comunidad que sí esta en funcionamiento —desde el pasado 23 de diciembre— y que lo continuará estando a pesar de que solo puede recibir esquiadores de la provincia de Huesca.

«El grupo Aramón no da por perdida la temporada ni mucho menos», aseguraron fuentes de la empresa semipública, participada al 50% por la DGA e Ibercaja, de la que forman parte las estaciones pirenaicas de Formigal-Panticosa y Cerler y las turolenses de Valdelinares y Javalambre. El objetivo, recalcaron, es abrir «lo antes posible», algo que está supeditado a que mejore la evolución de la crisis sanitaria y finalice el confinamiento perimetral entre provincias.

La apertura de las pistas del hólding aragonés de la nieve iba a producirse el 23 de diciembre, pero cuatro días antes se canceló tras anunciar el Ejecutivo autonómico el mantenimiento de la citada limitación de movilidad, lo que hacia inviable la actividad y echaba por tierra la campaña de Navidad, que supone entre el 30% y el 40% del negocio de este sector. Desde entonces, Aramón viene aplicando un erte que afecta a toda la plantilla, con diferentes porcentajes de suspensión de empleo en función de la actividad del día a día.

El impacto del coronavirus en las empresas aragonesas de nieve está siendo mayor que en el resto de España. De hecho, la mayor parte de las estaciones del país están abiertas. De los 30 centros de esquí alpino, solo permanecen cerrados 11 (otros dos más lo estaban ayer por razones meteorológicas), de los que cinco están en nuestra comunidad autónoma. En Cataluña, por ejemplo, se encuentran en funcionamiento nueve de sus diez complejos.

Astún resiste y esperanza en Candanchú

El problema de las estaciones de Huesca y Teruel es que el potencial de usuarios de sus respectivas provincias es muy reducido y limitado, ya que la mayor parte de sus clientes provienen de Zaragoza y de autonomías como Madrid, País Vasco, Navarra o Comunidad Valencia (en el caso de la nieve turolense). En estas circunstancias, consideran inviable abrir, con la excepción de Astún. A pesar de las adversidades, el complejo del valle del Canfranc dio el pistoletazo de salida de la temporada en la víspera de nochebuena y el balance hasta ahora es «moderadamente» positivo, aseguró esta jueves su director comercial, Andrés Pita.

«Estamos contentos de haber podido abrir y más estos días en los que la estación está espectacular de nieve», explicó a este diario. «Evidentemente la afluencia ha sido baja y ha habido días de mal tiempo y nevadas, pero en los que ha hecho buen tiempo, ha venido bastante gente», apuntó, a pesar de las restricciones de movilidad que hacen que solo pueda recibir a «un 10% de los potenciales clientes». «Nos vemos obligados a contentarnos con poquito», aseveró. Al ser las únicas pistas alpinas abiertas en Aragón, al menos ha podido atraer a esquiadores habituados a otros destinos del Pirineo.

«Podría haber sido un año increíble porque tenemos mucha nieve, pero toca seguir intentándolo y aguantar con lo que viene», dice PIta con resignación. Astún no ha aplicado un erte en su plantilla pero ha reducido la contratación eventual y el personal fijo discontinuo ante la importante caída de la demanda. «Nos manejamos como buenamente podemos», apuntó

Candanchú tampoco tira la toalla y mantiene la esperanza de poder abrir este temporada cuando la situación de la pandemia mejore. «Estamos pendientes de ver qué sucede a finales de enero para ir replanteando nuestros horizontes», señaló Álvaro Luna, director de la estación, quien supedita también la apertura al levantamiento del confinamiento provincial. Su deseo es que eso suceda en febrero porque es «el mejor mes de la temporada» por las condiciones de la nieve y las temperaturas menos gélidas.

Luna recalcó que Astún haría «el esfuerzo» de abrir aunque solo pudiera acoger esquiadores aragoneses y no de otras comunidades. Casi todo el personal de la estación está en erte, Aún así, tiene empleados en activo estos días para aprovechar las nevadas caídas, «trabajar la nieve y generar una buena base en las cotas bajas», una muestra clara de que la estación no se da por vencida por ahora.