El Grupo Costa anunció ayer la adquisición de Embutidos La Nuncia, lo que confirma su política de expansión iniciada hace apenas unos años y cuyo máximo exponente fue la compra de Casademont (30 millones de facturación y 200 empleos) en el 2017. Pese al esfuerzo de los últimos años, la compañía oscense no descarta nuevas compras en el futuro. «Se están estudiando con detalle nuevos proyectos», apuntaron desde el Grupo Costa.

Con la compra de La Nuncia, compañía familiar ubicada en Casarrubios del Monte (Toledo), Grupo Costa incorpora a 54 empleados y un activo que le permitirá fabricar más de siete millones de kilos de productos diferenciales como gama bio, ecológica y sin aditivos. «Costa Food Group avanza en la concentración de todas las categorías de carne fresca y elaborados cárnicos, tanto de cerdo de capa blanca como ibérico, dentro de su cartera de negocio», apuntaron ayer fuentes de la empresa tras anunciar la adquisición. Su integración permitirá al grupo «complementar nuestra oferta dentro del canal moderno, adicionando productos frescos y semielaborados», añadieron desde Grupo Costa.

El holding empresarial oscense ha crecido de forma notable en los últimos años con la entrada de Casademont, pero también con la del matadero y la sala de despiece Toni Josep (2017), la compra de Industrias Cárnicas Villar (2018) -tiene plantas en Badajoz y Soria que trabajan el jamón ibérico-, así como con la adquisición de Gurb, cuya capacidad de procesado de 75.000 toneladas anuales de carne facilita al grupo el acceso a nuevos mercados de exportación, especialmente en el asiático.

MERCADO ESTRATÉGICO

Precisamente, los países asiáticos se han convertido en un objetivo estratégico del grupo, que exporta sus productos a más de 107 países. La epidemia de peste porcina en China ha disparado las importaciones del país y ha disparado la cotización del cerdo. De ahí, que el negocio ofrezca buenas expectativas.

Además, Grupo Costa cuenta con la ventaja competitiva de tener su propia materia prima, con una producción anual de 2,8 millones de cerdos y más de 120.000 cerdas. Estas cifras permiten «tener un mayor control sobre la materia prima y ser más competitivos en costes», aseguraron desde la compañía.

Las expectativas, por tanto, son buenas para el grupo, ya que prevé cerrar el año con una facturación de 800 millones de euros frente a los 680 millones del 2018. La plantilla total ronda los 3.000 empleados, de los que 1.500 son directos.