El debate sobre la violencia machista celebrado ayer en las Cortes de Aragón evidenció que el feminismo se ha convertido en uno de los ejes centrales de la actualidad social y política. Y también que las posiciones están fijadas desde hace tiempo, por lo que el riesgo a la irrupción de la ultraderecha en los parlamentos podría acabar con el consenso de mínimos que hasta ahora unía a los partidos políticos. De hecho, en la sesión celebrada ayer en el palacio de la Aljafería, el Partido Popular fue el foco de la mayoría de los reproches por no participar en la manifestación feminista que se celebra hoy para conmemorar el 8-M, una situación que provocó nervios y exabruptos desde la bancada popular.

El diagnóstico compartido por los grupos aragoneses indica que las ayudas contra la violencia machista han contribuido a paliar con una lacra que en lo que va de año ya implica una mujer asesinada en la comunidad. Y que las amenazas a este consenso llegan desde fuera del arco parlamentario. «Avergüenza saber que existen personajes infectos e inmundos que niegan la realidad, ante ellos la respuesta tiene que ser contundente, clara y sin juegos de palabras», aseguró el presidente del Gobierno de Aragón, Javier Lambán, tras una interpelación en la materia de la portavoz de Podemos, Maru Díaz.

La formación morada quería saber los avances en la legislatura en materia de ayudas a las víctimas y clamó contra el avance de la ultraderecha por recuperar conceptos como la violencia doméstica. «No nos representan, pues pretenden que volvamos cincuenta años atrás», expresó. Y calificó las agresiones a las mujeres como «la punta del iceberg de un sistema enfermo».

medidas concretas / El propio presidente socialista defendió la necesidad de no bajar la guardia. «Es necesario derrumbar la estructura del patriarcado, pues forma parte de un modelo civilizatorio que está a punto de desaparecer», dijo. Y alertó de que si los poderes públicos se impide ese cambio todos ellos «serán arrumbados por la historia», por lo que pidió facilitar la transición «con leyes y medidas concretas», como las que en su opinión se han puesto en marcha durante esta legislatura. También pidió una mejora «al alza» del pacto estatal contra la violencia machista

El líder del PP, Luis María Beamonte, fue el que enarboló la posición más discrepante de la jornada. «Hablar de las víctimas es lo más importante, no buscar el rédito electoral como hacen algunos de ustedes», criticó. Y al argumentar que «cada vez que muere una mujer es un fracaso de todos» recibió una sonora bronca por parte de buena parte de las diputadas. «Las mujeres no se mueren solas, las matan», le gritaron varias diputadas. Cuando Lambán desde la tribuna también le reprochó la expresión, los parlamentario populares estallaron en cólera. «Me cago en la puta de oros, qué barbaridad», exclamó indignado el diputado conservador Fernando Galve desde su escaño.

La portavoz del PAR, Elena Allué, evidenció que a pesar de los avances «aún se falla en la protección de las mujeres» y cargó con rotundidad contra los partidos que anuncian «una involución y cuestionan las normativas». Por su parte, Susana Gaspar (CS) indicó que nunca serán «suficientes» los fondos dedicados a la prevención mientras se sigan produciendo víctimas mortales.

Una idea similar fue la defendida por Carmen Martíncez (CHA) al reclamar la sociedad «más igualitaria y más justa» que algunos partidos no parecen comprender.

El Gobierno de Aragón adelantó que en la jornada de hoy harán «huelga institucional» y confirmaron su presencia en la manifestación que se celebrará esta tarde.