El guardia civil agredido este sábado en Huesca por otro agente recibió hasta 13 puñaladas, la mayoría en el cuello y el abdomen. Su hija de 16 años, con la que iba paseando, recibió cinco puntazos en el cuerpo al intentar defender a su padre.

El agredido, un cabo de Tráfico afincado en Huesca desde hace 20 años, permanece ingresado en el Hospital San Jorge de la ciudad. Tras una larga intervención que se prolongó hasta altas horas de la madrugada, se encuentra ingresado en la uci, estable dentro de la gravedad, tras recibir varias puñaladas. La menor fue dada de alta ayer con heridas leves.

Ante el juez

Poco ha trascendido del suceso que rompió la calma en la ciudad. El agresor, que también es guardia civil de la Comandancia de Huesca, podría pasar a disposición judicial a lo largo del día de hoy por un presunto delito de tentativa de asesinato, después de dos noches en el calabozo, aunque fuentes próximas a la investigación explicaron que es muy posible que agoten el plazo de 72 horas para tratar de aclarar todas las circunstancias.

Por ahora se ha descartado que se tratase de un asunto laboral porque no eran compañeros de unidad. Además, fuentes próximas a la investigación desmienten que tuvieran rencillas personales entre ellos, como se pensó en un primer momento. Estas mismas fuentes aseguran que las puñaladas eran mortales por el lugar al que las dirigió.

Los hechos ocurrieron en torno a las 20.30 horas en la conocida avenida Martínez de Velasco donde ambos agentes residen y donde se encuentra el cuartel.

Según las primeras hipótesis y a tenor de los cortes, en la zona de la tráquea, el agresor asaltó al agente desde atrás mientras caminaba con su hija, de 16 años (los cumplió en febrero). Según explican fuentes próximas, al lugar acudió rápidamente la mujer del agredido, que fue trasladada con su hija al hospital.

El herido fue atendido en primera instancia por dos sanitarios que se encontraban paseando por la zona, hasta que llegaron los servicios médicos de urgencias, para ser posteriormente evacuado al centro hospitalario.

El presunto agresor, de baja psicológica, fue retenido por varios viandantes que evitaron su huida antes de ser detenido por agentes de Policía Nacional y trasladado a dependencias policiales a la espera de ser puesto a disposición judicial por un presunto delito de tentativa de homicidio. Según varios testigos, su actitud tras los hechos fue de tranquilidad e indiferencia.

Dos ambulancias y seis dotaciones policiales se personaron en el lugar de los hechos, además de muchos viandantes.