La Guardia Civil de Aragón busca desde la tarde de ayer una supuesta bomba colocada por la banda terrorista ETA en una torre de Red Eléctrica Española situada en el valle de Bujaruelo (Huesca). Un artefacto que se sumaría al explosionado por la Ertzaintza en Behobia (Guipúzcoa).

El diario Berria recibió en torno a las 16.00 horas una llamada telefónica en la que se alertaba sobre la existencia de las dos bombas en líneas de alta tensión. Fue el COS de la Guardia Civil de San Sebastián el encargado de notificar el suceso a la Comandancia de la Benemérita de Huesca, que acto seguido puso en marcha un dispositivo en el que participaron agentes del Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de Ordesa, de los Grupos de Montaña, patrullas rurales y un helicóptero del UHEL.

Según explicó la Delegación del Gobierno en Aragón, las tareas de búsqueda obligaron a cortar la carretera de acceso al refugio de San Nicolás-Mesón de Bujaruelo, ya que la línea de alta tensión amenazada, que cruza desde Biescas hasta Francia, discurre en un tramo importante junto a la calzada.

Durante dos horas y media, los efectivos rastrearon las torres eléctricas existentes entre San Nicolás de Bujaruelo y Puente de los Navarros, donde hay un mayor tránsito de personas, para evitar riesgos a los turistas. Una treintena de vehículos con personas que estaban visitando los abruptos parajes del valle tuvieron que esperar en el mesón hasta que se comprobó que no había rastro alguna de la bomba. Por el contrario, los turistas que estaban en un cámping próximo no fueron evacuados.

Curiosamente, en esos momentos se encontraban comiendo en el restaurante el ministro de Trabajo, Jesús Caldera, el delegado del Gobierno en Aragón, Javier Fernández, el secretario de Estado de Infraestructuras, Víctor Morlán, y el subdelegado del Gobierno en Huesca, Ramón Zapatero. El propio Fernández quiso explicar lo que estaba sucediendo a las personas que permanecían inquietas en el refugio, en un intento por arrojar un poco de calma ante la tensión del momento. Mientras tanto, Caldera permanecía tranquilo sin inmiscuirse en la labor de la Guardia Civil.

Aunque no se ha podido confirmar aún, desde algunas fuentes se apuntó la posibilidad de que ETA no haya colocado ningún artefacto explosivo en la zona y de que, realmente, la banda haya aprovechado que el ministro de Trabajo se encontraba en Bujaruelo para ampliar la amenaza de la acción emprendida en Behobia. Ahora bien, Caldera no se encontraba ayer en el valle de visita oficial, sino que había adelantado en un día su viaje a Ligüerre de Cinca, donde hoy participa en un acto organizado por UGT, para conocer el parque de Ordesa.

Por este motivo, Fernández aseguró que nadie sabía de la presencia del ministro, que no estaba en visita oficial en esos momentos, informó Josan Casabona.

A las siete de la tarde, una vez que la zona fue rastreada en profundidad --sólo quedan por revisar dos pilonas--, se reanudó el tráfico de vehículos, y poco después se suspendió la búsqueda en helicóptero con resultados infructuosos. Eso sí, durante la noche de ayer estaba previsto que algunos efectivos permaneciesen en alerta hasta hoy por la mañana.

Las actividades por aire se reanudarán hoy, al tiempo que agentes de unidades de Desactivación de Explosivos, que ayer llegaron a Torla, iniciarán los rastreos con perros adiestrados. Igualmente, desde las ocho de la mañana guardias civiles de las localidades más cercanas impedirán el paso de senderistas por la zona.