La Guardia Civil ha denunciado por calumnias a un testigo clave en el caso del cura de Borja (Zaragoza), Florencio Garcés, que se desdijo de su declaración inicial de que el sacerdote era extorsionado y quien afirmó que si había mentido al principio era porque le presionó la Benemérita.

Mariano Montesinos, abogado de estos cuatro agentes de la Guardia Civil que han presentado la denuncia, ha afirmado que la acusaciones de este testigo, uno de los dos que son claves en el caso, constituyen un "grave atentado contra el honor" de los agentes e incluso afecta a la imagen de todo el colectivo.

Este testigo que al principio era protegido pero pidió dejar de serlo, negó, en una segunda declaración ante la juez de Tarazona que instruye el caso, Nieves Pérez, su versión inicial de que el cura estuviera siendo extorsionado para no difundir una foto en la que salía el sacerdote, y que al parecer tenía contenido sexual, y aseguró que había mentido porque había recibido presiones.

La denuncia ha sido puesta hoy en el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción de Tarazona (Zaragoza), donde se investiga si el párroco de Borja, que ha estado en prisión provisional por este asunto, se apropió de forma indebida de fondos de la parroquia por valor de más de 185.000 euros y cometió un delito contra la libertad sexual.

En este caso hay dos testigos claves, uno que mantiene su versión y otro protegido, que ya dejó de serlo, y quien se desdijo ante la juez en su versión inicial.

El abogado de los agentes ha considerado que las declaraciones del testigo sobre "supuestas presiones o coacciones ejercidas por miembros del Cuerpo de la Guardia Civil a un testigo" de esta operación y que han sido publicadas en los medios de comunicación, son "reprobables y merecedoras del más enérgico rechazo por su extremada gravedad".

La Guardia Civil ha apuntado que la investigación siempre ha estado bajo la dirección de la autoridad judicial y que únicamente persigue el esclarecimiento de lo ocurrido.

Además, ha defendido la investigación del caso que ha sido "intensa" e "imparcial" y, por todo ello, considera que la declaración del testigo no puede quedar sin respuesta.

La Guardia Civil se ha reservado "el ejercicio de cuantas acciones estimen oportunas contra otras personas que pudieran proceder del mismo modo".

En esta operación, también están imputadas otras cinco personas, miembros de una misma familia, que fueron detenidas por un supuesto delito de extorsión, pertenencia a grupo criminal y blanqueo de capitales.