La Guardia Civil ha desarticulado, con la detención de 36 personas y la imputación de otras diez, un grupo delictivo al que imputa 121 robos en comercios y farmacias de ocho comunidades autónomas, entre ellas Aragón, en los que sustrajeron objetos valorados en un millón de euros.

Los golpes en la comunidad aragonesa tuvieron lugar en la localidad turolense de Ojos Negros y en la oscense de Sabiñánigo. Según informó la Dirección General de la Guardia Civil, el resto de los asaltos se distribuyen entre los 30 robos en farmacias y otros comercios en Castilla-La Mancha, 29 en Castilla y León, 29 en Extremadura, 24 en Galicia, cinco en Andalucía y uno de Madrid y Asturias.

Los arrestados e imputados en la operación Farmatina están acusados de integración en grupo criminal y de un delito continuado de robo con fuerza y otro de receptación.

Las pesquisas comenzaron a raíz de los robos cometidos en dos farmacias de las localidades Moral de Calatrava y Torre de Juan Abad (Ciudad Real), gracias a cuyos sistemas de seguridad se obtuvieron los primeros datos sobre este grupo.

Los miembros de la banda, estructurada jerárquicamente, utilizaban dobles fondos en coches para ocultar lo sustraído y las herramientas que utilizaban. Se dividían en tres grupos: uno actuaba al descuido en estancos, hipermercados y tiendas de ropa, telefonía e informática; otro, más numeroso, estaba formado por células de cuatro o cinco delincuentes que utilizaban vehículos de gran cilindrada para asaltar establecimientos durante la noche, utilizando ropas oscuras con capuchas, pasamontañas y guantes, y el último, de cuatro miembros,recibía la mercancía robada, la distribuía en varios pisos de Fuenlabrada y los rebendía a un precio muy inferior al de mercado.

Antes de cada robo, los ladrones reconocían la zona para seleccionar los objetivos y estudiar sus medidas de seguridad, accesos y posibles vías de huida.