El Seprona ha interpuesto 50 denuncias por infracciones a la normativa reguladora de pesca, acampadas y uso indebido de fuego en una operación llevada a cabo en el embalse de Mequinenza el pasado fin de semana. En la misma intervención fueron incautadas 32 cañas y tres redes de pesca.

La operación, desarrollada para reforzar la conservación del medio ambiente en las localidades de Caspe y Chiprana, fue llevada a cabo por efectivos del Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de Caspe y varias patrullas de Seguridad Ciudadana de la Guardia Civil.

En la inspección se descubrieron numerosas irregularidades cometidas por pescadores que terminaron en 50 denuncias de diferente tipo, como pescar sin licencia, utilización masiva de artes de pesca, carpas capturadas sin suelta, acampadas ilegales, arrojar basuras en las orillas y hacer hogueras en las márgenes del embalse, según informó la Guardia Civil en un comunicado.

Los agentes también descubrieron a pescadores que utilizaban como cebo alburnos, una especie no autorizada por la normativa vigente.

En el marco de esta operación se inspeccionó también una tienda de artículos de pesca situada en Caspe. En este comercio se hallaron 34 kilos de alburno congelado, pese a que se trata de una especie catalogada como exótica, y estaban divididos en paquetes de 10 unidades cada uno.

En total suponían un total de 2.630 alburnos congelados que se vendían como cebo, pese a que se trata de un comercio totalmente prohibida. Por este motiv, al propietario del establecimiento se le interpuso una denuncia contra la normativa de pesca y otra contra la normativa de consumo, ya que carecía del obligatorio cartel donde se anuncia de la existencia de hojas de reclamaciones.

Las denuncias formuladas han sido remitidas ya al Servicio Provincial de Medio Ambiente del Gobierno de Aragón (las de materia de pesca y fuego), y a la Dirección General de Industria, Comercio y Turismo del Gobierno de Aragón (acampadas).

CAÑAS INTERVENIDAS En cuanto a las cañas intervenidas, han sido depositadas en dependencias de la Guardia Civil de Caspe, donde se hallan a disposición del Servicio Provincial de Medio Ambiente del Gobierno de Aragón. No se devolverán a sus propietarios hasta que la autoridad competente lo determine, según manifestaron fuentes de la Benemérita.

Esta operación se inscribe dentro de los esfuerzos que realiza la Guardia Civil para el control de la legalidad en el embalse de Mequinenza, que atrae a numerosos pescadores de toda Europa interesados en la captura de una especie, el siluro, muy apreciada por los aficionados a la pesca deportiva.

La vigilancia resulta de gran importancia si se tiene en cuenta que esta modalidad se ha convertido estos últimos años en una fuente de ingresos de gran peso en la economía del Bajo Aragón-Caspe. De ahí que el control se centre sobre todo en evitar comportamientos prohibidos por la normativa.