Agentes del Seprona de la Guardia Civil se incautaron el pasado 21 de agosto más de cuatro kilos de fósiles requisados a una persona que los estaba extrayendo ilegalmente en un paraje de Frías de Albarracín.

Según informó la Benemérita en un comunicado, los agentes sorprendieron al hombre, vecino de Alcoy (Alicante), levantando piedras y picando en algunas de ellas en el paraje conocido como Puerto de las Banderas de la localidad turolense.

Al percatarse de la presencia de los agentes, el hombre ocultó una piqueta en la mochila que portaba y que luego los agentes encontraron junto a otra piqueta, un destornillador y un cincel.

Al practicar el registro de su vehículo fue cuando localizaron varias bolsas con una "importante cantidad de fósiles de diverso tamaño", algunos de ellos ya clasificados y separados, según las mismas fuentes.

Los guardias civiles denunciaron al hombre por infringir la Ley 3/1999 del Patrimonio Cultural Aragonés, al no contar con ningún tipo de autorización para realizar la excavación.

Los fósiles incautados y los medios empleados se han puesto a disposición del Servicio Provincial de Educación, Universidad, Cultura y Deporte (Patrimonio Cultural).

DURA NORMATIVA La Guardia Civil recuerda que está prohibida la recogida de fósiles y que cuando se hallan, existe la obligación de comunicar el hallazgo, la entrega y depósito de los mismos, aunque no tuvieran trascendencia científica.

Igualmente, es calificada de infracción grave por la Ley 3/1999 la práctica de labores arqueológicas sin autorización o sin respetar las condiciones impuestas en la autorización.

La provincia de Teruel es especialmente rica en fósiles, de ahí que haya adquirido mucha fama entre los aficionados al coleccionismo de estos objetos. Son especialmente abundantes en las Cuencas Mineras, pero en realidad pueden encontrarse también en otras comarcas de la provincia, como la sierra de Albarracín.

En muchos casos, aparecen sueltos, pero en otros su forma queda grabada en piedras y los buscadores de fósiles pueden causar mucho daño al extraerlos.

Además, con su acción, estos saqueadores del patrimonio público disgregan conjuntos de fósiles de gran interés para el estudio arqueológico de zonas y de épocas concretas en la evolución de las especies.

De ahí que se trate de un delito especialmente castigado, dado que entraña un grave daño al patrimonio de un país. Además, con esta dura normativa se trata de evitar que las piezas recogidas en la naturaleza sean exportadas, lo que entraña una pérdida para los estudios especializados.

De ahí que la Guardia Civil haga un llamamiento para denunciar el expolio de este patrimonio natural.