La Guardia Civil ha lanzado este verano una operación tras otra para reprimir la pesca furtiva en el mar de Aragón, donde ha adquirido grandes proporciones. El pasado mes de agosto los agentes del Seprona se incautaron de 2.600 kilos de peces con destino a Rumanía, a los que hay que añadir otros 2.400 kilos aprehendidos con anterioridad. Además, a principios de septiembre fue imputado el dueño de un restaurante de Barcelona, de nacionalidad china, que fue sorprendido cuando pescaba en un paraje del embalse usando un trasmallo de 100 metros de longitud, sujeto al fondo con plomos.

Y la pasada semana la Benemérita intervino varios centenares de metros de redes usadas para pescar grandes cantidades de peces de forma indiscriminada. Estas acciones las ha realizado el Seprona de Caspe, que ha contado con la ayuda del Grupo de Especialistas de Actividades Subacuáticas (GEAS), con sede en Huesca. Gracias a esta colaboración, los agentes destacados en el embalse disponen de más medios técnicos, en particular una lancha con la que se puede recorrer el pantano. "Creemos que contamos con medios suficientes para realizar nuestra labor y perseguir el furtivismo", señalaron fuentes de la Comandancia de Zaragoza.