El Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil de Huesca ha pedido a la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) un estudio hidrogeológico de la zona en la que se produjeron los vertidos para determinar en qué medida han podido quedar dañados los acuíferos. Los responsables de la investigación no tienen constancia de cuántas corrientes o bolsas de aguas subterráneas existen en el área, por lo que han solicitado al organismo que determine su volumen, a qué profundidad se encuentran y qué afección han podido sufrir. En cualquier caso, la investigación sí ha podido determinar que las tierras de secano sobre las que fueron físicamente depositados los residuos líquidos industriales han sufrido importantes daños.