Juan Carlos Monterde, el guardia civil perteneciente al puesto de Muniesa que fue herido de gravedad por el Rambo de Requena el pasado lunes, abandonó ayer la unidad de cuidados intensivos (uci) del hospital universitario Miguel Servet de la capital aragonesa.

El agente permanecerá ingresado en el centro sanitario mientras se recupera de las lesiones producidas en el abdomen por no llevar chaleco antibalas. Tuvo que ser intervenido quirúrgicamente por traumatólogos ante las heridas causadas por los perdigones de caza.

Quien continúa en la uci es el autor del ataque, que fue reducido por agentes del instituto armado con un tiro en la pierna. Un disparo que le provocó al Rambo de Requena, como se conoce a Pedro Lozano Jiménez, una grave lesión que afectó al tejido vascular y que obligó a los propios guardias civiles a realizarle un torniquete para evitar que se desangrara en su traslado en helicóptero al Servet. En este centro hospitalario fue operado y permanece ingresado a la espera de que su estado mejore y los instructores puedan tomarle declaración.

Mientras el Equipo de Policía Judicial de la Guardia Civil de Teruel trata de reconstruir los últimos pasos que el fugitivo valenciano realizó por la provincia aragonesa en su huida de la comunidad en la que estaba siendo buscado por asaltar una veintena de casetas de campo e incluso disparar a un bodeguero, el subdelegado del Gobierno en Teruel, José Ramón Morro, anunció ayer que «se va a estudiar todo el operativo», especialmente la cuestión de por qué el agente lesionado no llevaba chaleco, tal y como publicó este diario.

Morro prefirió no entrar a valorar, destacando que «desconocía si llevaba o no este sistema de seguridad» que hubiera evitado dichas heridas. «Habrá tiempo de analizar, siempre con la vista puesta en mejorar», añadió.

En dicho dispositivo participaron un centenar de agentes de diferentes unidades, como patrullas de seguridad ciudadana, agentes de tráfico; la USECIC, que es la Unidad de Seguridad Ciudadana Operativa, el servicio de información y hasta se pidió colaboración a la Comandancia de Zaragoza que activó a los Grupos de Reserva y Seguridad (GRS).