El número de víctimas mortales registrado en el Pirineo aragonés durante el año 2003 descendió en relación al año anterior, aunque los rescates llevados a cabo por la Guardia Civil y la cifra de personas auxiliadas se incrementó de forma significativa. Las estadísticas aportadas por la Subdelegación del Gobierno en Huesca revelan que los grupos de rescate de la Benemérita rescataron el año pasado a 502 montañeros en 299 operaciones, con un balance final de 12 muertos, 229 heridos de diversa consideración y 261 ilesos.

En las 262 intervenciones llevadas a cabo por los especialistas a lo largo de 2002, la cifra de personas rescatadas en el Pirineo aragonés se situó en 465, de las que 15 resultaron muertas, 203 heridas y 247 ilesas. Fuentes de los grupos de rescate consultadas por Efe vincularon el progresivo aumento de personas auxiliadas al creciente interés suscitado por los deportes de aventura en el Pirineo y la falta de preparación técnica y física de una gran parte de los turistas desplazados a las montañas.

El informe estadístico pone de manifiesto que la mayor parte de los accidentes registrados en 2003, un total de 190, se debieron a resbalones y caídas durante la práctica de la actividad del montañismo (senderismo) a causa de un equipo inadecuado o al cansancio acumulado. Las cifras aportadas revelan que del número total de operaciones desarrolladas, 177 correspondieron a personas que practicaban el montañismo, 56 al barranquismo, 21 a la escalada, 16 al esquí, 7 al parapente, 6 a accidentes laborales y 15 a otro tipo de siniestros sin especificar.

MUCHOS FRANCESES Las personas rescatadas por los componentes de los equipos de salvamento procedían mayoritariamente de Francia (110), Zaragoza (78), Cataluña (69), País Vasco (57), Huesca (50), Madrid (41), Valencia (36) y Navarra (16).

Para las fuentes citadas, el desconocimiento del medio, la falta de información y la ausencia de medidas de prevención son las causas de la mayor parte de los accidentes que ocurren en las montañas del Pirineo aragonés, motivados por caídas, hipotermias o golpes de calor.

Según los expertos consultados, "las personas tienen que saber que la montaña es bonita pero que tiene sus riesgos, y que para ir a un pico de 3.000 metros hace falta llevar cuerdas y equipo suficiente para hacer frente a una tormenta, y no subir en zapatillas".

Desde los equipos de salvamento de la Guardia Civil se considera que la espectacular promoción de los deportes de aventura, así como su publicidad, "tal vez no haya ido acompañada de recomendaciones precisas en torno a los peligros de la montaña, de los barrancos y de los ríos".