Los ocho guardias civiles que permanecen en cuarentena después de que una detenida infectada por el covid-19 les escupiera continúan asintomáticos en sus casas. Seguirán encerrado al menos hasta el martes, día en el que se les ha comunicado que se someterán a los test rápidos que acaban de ser adquiridos por el Gobierno.

No obstante, la asociación Jucil remitió un solicitud al general jefe del instituto armado en la comunidad, Carlos Crespo, para que se la hagan este mismo lunes y no tengan que esperar otro día más en esa situación. Exigen que sea calificada la prueba de urgente.

El abogado de la arrestada, Luis Ángel Marcén, tambiñén se encuentra en su domicilio de cuarentena. No presenta síntomas, si bien ha señalado que ahora que van a realizar diagnósticos rápidos va a solicitar que le hagan uno y así poder volver a hacer su vida normal y, especialmente, volver al trabajo puesto que es es autónomo y no puede estar mucho tiempo en esta situación.

La intervención que desembocó en este problema de seguridad sanitaria tuvo lugar por la tarde del martes en un domicilio de la calle Pirineos, en la localidad zaragozana de Cuarte de Huerva. Un hombre llamó a la sala del 062 diciendo que estaba siendo agredido por su novia. Como publicó EL PERIÓDICO, los agentes tuvieron que reducirla, siendo escupidos en varias ocasiones al grito: «Tengo coronavirus». No fue la única vez, ya que durante su traslado en el vehículo policial volvió a hacerlo.

Una actitud que en su momento pasó desapercibida hasta que el jueves se activaron todas las alarmas. Recibieron una llamada del hospital en la que les advertían de que P. A. U., la mujer que tenían en el calabozo, había dado positivo en coronavirus.

La mujer está imputada por un delito de violencia doméstica y otro de atentado y resistencia grave a la autoridad. Está en libertad, después de que así lo decretara el juzgado.