En el segundo piso el trasiego de personas es, desde que se lo alquilaron a una joven, un trasiego continuo de personas, especialmente jóvenes. Da igual la hora y el día, pero el momento más álgido es el que los escolares de un colegio próximo tienen el recreo. Los vecinos sospechan que se trafica con marihuana por el fuerte olor que emana del mismo. Un caso real ocurrido en un edificio de Zaragoza en el que sus residentes estaban hartos de la inseguridad y el vandalismo que llevaban aparejada la actividad ilegal de la inquilina. Un caso real que cada vez es menos aislado y que la Jefatura Superior de Policía de Aragón quiere erradicarlo o, al menos, reducirlo al máximo. Para ello ha puesto en marcha el Grupo Operativo de Tráfico Minorista de Estupefacientes.

Fernando es el responsable del mismo. Un inspector del Cuerpo Nacional de Policía que quiere mantener el anonimato puesto que él, junto al equipo que conforma, realiza vigilancias en la calle o en los lugares más inhóspitos. Todo para conseguir desmantelar un punto de venta de drogas. Su experiencia anterior era el narcotráfico de grandes cantidades, pero ahora su misión parece que es la hermana p de la cadena porque es el que es el que lo distribuye. Sin la compra la pirámide se desmorona.

La pandemia del coronavirus también repercute en esta actividad ilícita. Lo resalta el inspector jefe de la comisaría Centro de la Policía, Ricardo Andrés Jaraba, que trabaja muy cerca de este recién creado grupo policial puesto que en el casco histórico concentra una importante cantidad de narcopisos, especialmente en El Gancho. «Se siguen vendiendo todo tipo de drogas, pero sí que es verdad que al no haber ocio nocturno el consumo de cocaína o speed ha bajado en detrimento de la marihuana y el hachís que cada vez van en aumento», señala este responsable policial.

Coincide en la radiografía el jefe del Grupo Operativo de Tráfico Minorista de Estupefacientes, quien añade otros dos factores a tener en cuenta: es barata tanto en cuestión económica como a la hora de la responsabilidad penal. «El precio de compra no tiene nada que ver con, por ejemplo, la cocaína, lo que la hace más accesible, especialmente entre los más jóvenes», afirma Fernando, quien añade que «el detenido por menudeo no ingresa en prisión provisional salvo que se le intervenga un gran alijo, pero en lo que no caen es que vas a seguir yendo a por él y en ejecución de sentencia sí que serán castigados».

De hecho, tal y como admiten ambos mandos policiales la venta a los más jóvenes y especialmente a los menores les preocupa. Bastante, si uno analiza sus caras. La última operación realizada en la capital aragonesa fue en ese sentido, detuvieron a un joven que vivía muy cerca del instituto Goya y que había montado en su vivienda, supuestamente, un punto de venta de marihuana. Por él pasaban compradores, pero también se acercaba a las proximidades del centro escolar para dar salida a la mercancía que adquiría, puesto que no tenía un cultivo indoor. Consiguieron desmantelarlo gracias a las informaciones que recibieron.

«La colaboración ciudadana es fundamental, necesitamos información y luego ya haremos las comprobaciones necesarias nosotros», recalca el jefe de este grupo policial que hace un llamamiento a todo aquel que sea consciente de que se vende al por menor droga. «No les van a llamar luego a testificar en el juzgado, que no se preocupen, que nos lo cuenten a través de una denuncia en una comisaría o mediante la página web y mantendremos su anonimato, siempre», asegura.

Pero el Grupo Operativo de Tráfico Minorista de Estupefacientes de la Jefatura Superior de Policía de Aragón también tiene otras fuentes de información como es la Brigada Provincial de Seguridad Ciudadana que peina las calles o colectivos y asociaciones vecinales. Gracias a estas últimas han conseguido dibujar un mapa de Zaragoza en la que destacan los pisos o puntos de trapicheo que tienen que están bajo sospecha. La mayoría de ellos son viviendas, aunque también se realizan pases en la calle.

Cómo realizan las vigilancias prefieren no revelarlo por motivos evidentes, pero sí destacan que hacen todo lo posible por pasar indiferentes. No es fácil en según qué entornos puesto que hay zonas en las que todo el mundo se conoce y pasar desapercibido parece imposible. Lo han conseguido y muestra de ello son intervenciones policiales como los 12 kilos de marihuana, 596 gramos de hachís, más de 14.200 euros en efectivo y numerosas joyas que intervino la Policía Nacional en El Gancho. Siete personas fueron detenidas y, según la investigación, todas ellas se dedicaban al tráfico minorista de maría.

La de ser invisibles es una característica que les define hasta que reciben la orden judicial de entrada y registro. En ese momento el batallón se activa con todos los efectivos, tanto por tierra con la Brigada de Seguridad Ciudadana como por aire, a través del helicóptero, e incluso con la unidad de Subsuelo.