La colaboración entre los investigadores aragoneses y Richard E. Lee, coordinador del trabajo y perteneciente al St. Jude Children's Research Hospital, de Memphis, se produjo en el 2010, al coincidir en Boston en un congreso de la Sociedad Americana de Microbiología. Lee presentaba la síntesis de las espectinamidas, y había encontrado algunos derivados que muy potentes para inhibir el ribosoma que, sin embargo, apenas tenían actividad contra la bacteria. Por su parte, Aínsa presentaba parte del trabajo de la tesis doctoral de Cristina Villellas, en el que había construido un mutante que no producía la bomba de eflujo Tap (Rv1258c) y que había perdido la capacidad de resistir determinados antibióticos como la espectinomicina. Como esta es el antibiótico a partir del cual se sintetizan las espectinamidas inmediatamente surgió la colaboración entre ambos para verificar si dicha bomba pudiera estar transportando a las espectinamidas menos activas, como se demostró.