Gloria Gallardo tiene desde hace tres meses uno de los terrenos que el Ayuntamiento de Casetas cedió para la creación de huertos sociales. Una parcela de 80 metros cuadrados que le ha servido para hacer mucha vida social. "Nos lo pasamos en grande con el huerto y nos ha servido para conocer a gente nueva", explica la reciente hortelana, ya que nunca había tenido uno.

"Es la primera vez que trabajo en un huerto y los comienzos han sido muy difíciles. He tenido que preguntar absolutamente todo", recuerda. Internet, sus compañeros y varios libros le han servido para plantar tomates, pimientos, cebollas, lechugas, coles, judías, acelgas, berenjenas y escarolas. "La gente ha sido muy atenta conmigo porque la mayoría sí que tenían huertos en sus pueblos o habían ayudado a sus padres y yo empezaba desde cero", indica Gloria, quien, a pesar de ser novata, ha logrado cultivar y llevarse a casa cada semana bastante hortaliza que da a sus amigos y familiares.

Durante unos tres años, hasta que el consistorio decida si les permiten renovar el contrato, Gloria bajará "día sí y día no" para cuidar y estar atenta de su huerto, hablar con sus amigas y "vecinas de parcela" y pasar dos horas haciendo algo que "le sienta realmente bien".