Entre pulpitos, gulas en bote de cristal, atunes de los mejores mares y sardinillas se realizó el sábado en la nueva tienda de Martín Martín de la Gran Vía una demostración y degustación de anchoas salmueras, ese preciado alimento que tanto gusta, pero que generalmente no se sabe preparar y su coste es más elevado de lo normal.

Con el objetivo de enseñar y deleitar comenzó el espectáculo culinario. Primero, unos buenos consejos de Lidia San Joaquín, experta que lleva 11 años limpiando anchoas en Conservas Gonsal. "Cuando se saca la pieza, se debe limpiar con agua templada, sino no sale la grasa. Luego, se le quita la espina rozando con los dedos y se le deja con cola --estilo mariposa-- o se hace en filetes, al gusto del consumidor". Su jefe, José Manuel Fernández, relataba que en Aragón se prefiere con cola. "Todos los establecimientos de Horeca lo utilizan para tapas".

La demostración se hizo con anchoas ya saladas en latón, en concreto de 300 piezas, tamaño más comercializado. "Puede alcanzar en el mercado más de 250 euros. La mejor conservación, en las terrazas de casa durante el invierno, a 10 grados. Eso sí, hay que echarle agua por encima y sal. Cuando empiezan los calores, al frigorífico", explicaba Fernández.

Una vez limpia, alcanza su sabor máximo al añadirle ajo y aceite de oliva virgen. "Un plato perfecto para Navidad es el que lleva salmueras, pimientos del piquillo, alcachofas, zanahoria y berenjena", contaba el improvisado chef Sergio Palomar, de la casa Martín y Martín. Para terminar, una recomendación más de Lidia San Joaquín. "Lo mejor para quitar el olor a pescado tras la limpieza es rozar con limón, que es el único detergente que lo suaviza". De Fernández, consejo para comer la salmuera. "Sobre todo disfrutar del regusto que deja tras la sensación a sal".