La situación de hacinamiento en la que viven los temporeros hizo saltar las alarmas cuando se detectaron nuevos contagios de covid-19 en varias comarcas aragonesas. Disponer de un espacio reducido y compartir la vivienda elevan el riesgo de poder contraer la enfermedad, lo cual no siempre ha sido tenido en cuenta por las autoridades sanitarias. En Zaragoza, el ayuntamiento tiene registradas 49 viviendas de las que coloquialmente se denominan pisos patera, un término que no existe en la administración pero que se atribuye a aquellos hogares en los que hay empadronadas más de 12 personas.

En un informe elaborado por el Servicio de Organización y Servicios Generales, dependiente del área de Hacienda, Presidencia e Interior del Ayuntamiento de Zaragoza, se explica que, desde el año 2015, el consistorio consideró la necesidad de establecer un filtro en cuanto al número de residentes como límite que puede haber en una vivienda para proceder a inspeccionarlas y comprobar si es verdad que están empadronadas en dicho domicilio todas las personas que constan oficialmente. La tarea se encomendó a dos trabajadores municipales y, desde entonces, en el último lustro se han registrado 323 viviendas en las que vivían, por lo menos de forma oficial, más de una docena de personas en cada una.

LAS BAJAS / En total, en las más de 300 viviendas estaban empadronadas un total de 5.163 personas, lo que supone una media de casi 16 vecinos en cada una de ellas. Hasta el momento se han tramitado 81 expedientes para las casas inspeccionadas, lo que ha supuesto que hayan dado de baja a 2.905 personas del padrón después de que se comprobara que estas no vivían en los domicilios indicados.

Pero todavía quedan 49 casas por inspeccionar. De ellas, en 22 viviendas hay empadronadas 13 personas; en otras 11 hay 14 personas; en cuatro hay 15; en siete hay 16; en otras tres hay 17 vecinos en cada una; en una hay 18; y en otra constan hasta 20 personas viviendo. En total, son 701 personas.

Las inspecciones se realizan del siguiente modo: el agente padronal se persona en el domicilio con una ficha que incluye a las personas allí empadronadas. Entonces, se comprueba si realmente todas viven en dicho lugar. Si se detecta que hay personas ausentes de forma permanente, es cuando se procede a darles de baja del padrón municipal. El informe estima de forma «muy somera» que de las 49 viviendas que quedan por inspeccionar, aproximadamente el 25% se verán afectadas por un expediente de baja de padrón para alguno de los miembros empadronados.

Todos estos datos, eso sí, no sirven para establecer con claridad el número de pisos patera que existen en la ciudad por dos cuestiones: en primer lugar, en el padrón no constan los metros útiles de la vivienda en la que aparece empadronada la gente. Por lo tanto, podría ocurrir que una vivienda en la que vivan 12 personas sea una casa grande en la que no se dé una situación de hacinamiento. Y por otro lado, podrían existir pisos patera de los que no se tenga registro porque sus residentes no consten en el censo de la vivienda en Zaragoza.

INFRAVIVIENDA // Pero sí que existe información relativa en cuanto al empadronamiento en infraviviendas. Según la normativa vigente, pueden figurar en el padrón chabolas, caravanas, cuevas e incluso la calle, siempre que se garantice que el vecino empadronado ahí pueda recibir comunicaciones.

Pero lo más común es que estas personas que carecen de residencia estén empadronadas en alguna dependencia municipal. En Zaragoza 336 personas se encuentran en esta situación. Concretamente, en el Albergue están empadronadas 124 personas, las mismas que en la Casa de las Culturas. El resto, 88 personas, constan en los centros municipales de Servicios Sociales. Los de La Magdalena (con 27 personas empadronadas) y San Pablo (con 17) son los que más gente utiliza como «domicilio ficticio».

Así mismo, el consistorio tiene constancia de que existen vecinos empadronados en cuatro caravanas en la carretera de Huesca, en las que viven siete personas.