Los últimos estudios realizados por técnicos de la Consejería de Medio Ambiente del Gobierno de Aragón han descubierto en la laguna de Sariñena la mayor colonia de avetoro de España. Un grupo de hasta quince ejemplares que se suman a las alrededor de 35 parejas que se calcula habitan en el resto del territorio nacional, concretamente en el Delta del Ebro, las marismas del Guadalquivir y de l´Empordá.

Sin embargo, la importancia de este hallazgo podría ser mayor. Los expertos de la Administración aragonesa auguran que, "dadas las dimensiones de la laguna, los Monegros podrían contener la mayor densidad de Europa de esta especie en peligro de extinción".

El denominado toro de los pantanos es similar a una garza pardusca, de hasta 75 centímetros de altura, cuyo grito característico ha intrigado muchas veces a los ribereños de las lagunas. Un mugido similar al del toro, reclamo del macho en épocas de celo, que ha servido para bautizarle con su nombre.

Su número fue abundante en otras épocas en las zonas húmedas de España, pero en la actualidad es casi inexistente. De él se ha escrito que es de costumbres solitarias y muy discreto. "Si se le sorprende, se le encuentra inmóvil, mezclando su plumaje con las matas de carrizo, con el cuello y el pico apuntando hacia el cielo, mientras que los ojos, situados lateralmente y muy móviles, siguen al intruso", puede leerse en algunos escritos.

CUATRO ESPECIES En concreto, este avetoro común es una de las cuatro especies que existen en el mundo. Fuentes de la DGA han detallado que durante la época de reproducción precisa unas densas y amplias extensiones de carrizo para ubicar su nido, así como plataformas que emplea el macho para defender su territorio. El macho del avetoro es polígamo. Y la hembra es la única encargada de la construcción del nido, la incubación y el cuidado y alimentación de los pollos. Las puestas suelen ser de entre tres a siete huevos.

Su hábitat natural son los humedales, ya que para alimentarse necesita de zonas con agua y poco profundas para satisfacer su dieta, basada en peces, anfibios, reptiles, invertebrados acuáticos, moluscos, arañas, e incluso pequeños mamíferos.

Por ello no ha resultado extraño encontrar una colonia en la laguna del municipio oscense de Sariñena. Este enclave natural fue declarado Refugio de Fauna Silvestre por el Gobierno de Aragón en 1995. Tiene una superficie de 204 hectáreas y un perímetro cercano a los ocho kilómetros. Su profundidad oscila entre los 50 y los 225 centímetros. En los últimos 25 años, se han observado 231 especies, de las que 110 pertenecen al medio acuático.