Una mujer de 76 años fue hallada muerta en su domicilio de La Almunia de Doña Godina apenas un día después de que fuera rescatada de un pequeño incendio doméstico por agentes de la Guardia Civil. El cadáver de Consuelo Clavería, que vivía sola, fue encontrado en la cama por un sobrino que avisó de inmediato a los servicios sanitarios, que no pudieron sino certificar su defunción.

Consuelo, que sufría de hipertensión, problemas cardiacos y había sido operada de ambas piernas, lo que le obligaba a desplazarse con la ayuda de unas muletas, protagonizó el jueves un episodio de rescate al sufrir una caída en su domicilio.

Tras recibir una llamada de un vecino, que le había oído pedir auxilio, agentes de la Benemérita entraron en la casa por la fuerza y la encontraron en el suelo, apocada por el humo que se producía en la cocina del inmueble, donde el contenido de una olla se consumía sin control.

Los agentes auxiliaron a la anciana y avisaron a una ambulancia, lo que provocó un gran revuelo en el casco viejo del municipio. El personal médico que atendió a Clavería determinó que no era necesario su traslado a un hospital y, tras el reconocimiento y las labores de acondicionamiento de la vivienda, tanto los sanitarios como los agentes abandonaron el edificio, según informaron fuentes de la Benemérita.

Unas 24 horas más tarde, un sobrino de la anciana encontraba el cuerpo sin vida de Consuelo Clavería. G. C., también vecino de La Almunia, desconocía todo lo ocurrido el día anterior y fue el encargado de avisar al resto de la familia. Al parecer, Consuelo había comido y después se había acostado en su cama.

La víctima no tenía hijos y estaba atendida por una mujer de origen ecuatoriano que se ocupaba de su higiene y de las tareas del hogar. Según el sobrino de la fallecida, esta cuidadora pasaba por casa de Clavería todos los días y era costeada por la propia familia. G. C. considera que el Ayuntamiento de La Almunia había dejado "olvidada a una de las hijas del pueblo" porque en más de una ocasión habían solicitado asistencia domiciliaria y siempre se había rechazado la petición.

"Sólo nos ofrecieron una persona que viniera dos veces a la semana, un día por la mañana y otro por la tarde", dijo el sobrino de la fallecida. Ante el rechazo de la petición, se decidió contratar a una persona por cuenta de la familia de Consuelo para que la atendiera en el día a día.

El familiar se mostró molesto porque la Guardia Civil no se pusiera en contacto con sus familiares, ya que él mismo desconocía todo lo ocurrido el día anterior.

Consuelo era soltera, pero pertenecía a una amplia familia de etnia gitana muy querida en La Almunia. Había trabajado durante años en el conocido como el hogar , en la actualidad una residencia mixta de estudiantes dependiente de la DGA, pero tuvo una jubilación anticipada por las lesiones producidas en un brazo tras una caída. Siempre había vivido en La Almunia. Consciente de sus necesidades tras ser operada de ambas piernas, había solicitado plaza en la residencia de ancianos municipal, donde estaba en lista de espera, según los datos aportados por su sobrino.