La iglesia parroquial de San Julián de Atarés, pedanía de Jaca, tenía escondido un gran tesoro. El pasado 1 de mayo, aprovechando la rehabilitación y limpieza del retablo mayor del templo, el párroco del núcleo y archivero del Obispado de Jaca, Felipe García, y un grupo de jóvenes de Atarés, accedieron a un pequeño hueco ubicado tras el retablo, donde encontraron una talla de madera románica, que representa el busto de una virgen, y 114 monedas de distintas épocas, entre las que destaca especialmente una ibérica.

El hallazgo sucedió el pasado 1 de mayo y Felipe García baraja las siguientes hipótesis: "Antiguamente, cuando se dejaba de rendir culto a una imagen no se tiraba, bien se enterraba o se escondía, y eso debió sucederle a esta talla". Respecto a las monedas, García apunta que "lo más seguro es que fueran monedas que los feligreses depositaban en la cajeta de misa y que al estar fuera de curso legal, luego se desechaban depositándolas en el hueco".

EN EL SUELO El hecho no deja de tener cierta curiosidad ya que, como apunta el párroco, "la actual iglesia de Atarés data del siglo XVII, aunque anteriormente hubiera una románica y posteriormente una gótica, y el retablo está fechado en el XVIII, y las piezas no han aparecido excavando, sino que estaban sobre el suelo".

Aunque para encontrar las monedas fue necesario recopilar todos los escombros y filtrarlos por un cedazo. "Fueron los jóvenes los que al encontrar las primeras monedas pensaron que debía de haber más y se pusieron manos a la obra, hasta encontrar las 114 piezas", apunta Felipe García.

De momento, tanto la talla como las monedas se encuentran en la iglesia de San Julián. Previsiblemente, ése será el destino final de las piezas monetarias, pero la talla, que presenta restos de policromía, deberá ser restaurada, ya que la humedad ha deteriorado enormemente la imagen de madera. "Quizás, hay que hacer una primera intervención in situ , para evitar que se deteriore en exceso", comenta el párroco.

ORIGEN DIFERENTE Por su parte, las 114 monedas, o fragmentos, ya han sido limpiadas por el propio Felipe García y, de momento, no requieren ninguna otra actuación de conservación. Sus épocas de origen y lugares de procedencia son tan dispares como los que apunta el archivero: "Algunas son del Reino de Navarra y otras del Reino de Francia, hay monedas jaquesas, siglo XVIII y otras que no hemos podido identificar".

Respecto a la moneda ibérica, García explica que "se trata de una moneda acuñada en Huesca, ya que presenta la inscripción bolskan , y tiene en una cara la imagen del rostro de un hombre con barba y en el reverso, la figura de un jinete con una lanza, sobre la que está la inscripción". El único detalle que queda por desvelar, y que el archivero deja a los expertos, es "si se trata de un denario, un as o una unidad".