Tras nueve días de intensa búsqueda, el cadáver de Ismael García, el joven que cayó en su coche a las aguas del río Ésera a su paso por Graus, fue ayer finalmente localizado. Se hallaba cerca del puente medieval de la localidad, a un kilómetro del punto al que cayó con su automóvil el pasado 23 de junio, cuando circulaba por un camino paralelo al cauce.

El cuerpo fue avistado sobre las 7.30 horas por un tío de la víctima que participaba en las labores de búsqueda como voluntario. Esta persona avisó de inmediato a la Guardia Civil, que recuperó el cadáver inmediatamente y lo envió a Huesca para ser sometido a la autopsia. El funeral tendrá lugar el jueves, a las 18.00, en la iglesia de San Miguel.

«Hemos decretado tres días de luto porque todo el mundo en Graus y en la comarca está consternado por lo sucedido», manifestó ayer José Antonio Lagüéns, alcalde de Graus.

El regidor señaló que el hallazgo del cuerpo del infortunado joven, de 24 años, había producido «una sensación de alivio». «Esto pone fin al sufrimiento de la familia, que así podrá enterrarlo como es debido», agregó.

El alcalde manifestó que la persona que halló el cuerpo «es un tío carnal de Ismael». Esta persona, agregó, se había destacado desde el principio por participar activamente en las labores de búsqueda.

MUCHOS VOLUNTARIOS

Al parecer, sospechaba que el cadáver, tarde o temprano, afloraría en el entorno del puente medieval, situado en zona urbana y todavía lejos del embalse de Barasona. Este era también el convencimiento de los expertos de la Guardia Civil, que durante nueve días ha utilizado a varios buzos para rastrear el fondo del cauce.

«Quiero agradecer la labor desarrollada por todo el dispositivo de búsqueda», subrayó Lagüéns, que se refirió al «importante papel» desarrollado por la Benemérita, los Bomberos de la comarca y los voluntarios. «Ha sido mucha la gente que se ha movilizado por el joven desaparecido», añadió.

La localización del cadáver se ha desarrollado en medio de graves dificultades, dado que el agua, como consecuencia de las tormentas, se hallaba muy turbia. Desde el primer día, numerosas embarcaciones peinaron el río en busca del joven, del que se sabía que había salido despedido del coche al tiempo que este se salía del camino y se precipitaba en el cauce del Ésera.

El coche fue hallado en días posteriores, primero piezas desprendidas y finalmente entero.

En el rastreo del río no solo intervinieron las lanchas Zodiac de la Guardia Civil. Además, también lo hicieron numerosas piraguas y canoas de personas de la zona, aficionadas a la navegación, que recorrieron todos los rincones del río entre Graus y el embalse de Barasona.

En algún momento, se llegó a sospechar que la corriente había podido arrastrar el cadáver hasta el pantano situado aguas abajo. Pero al final el cuerpo debió de quedar retenido en algún punto entre el lugar de caída y el puente medieval, dentro del tramo urbano del Ésera, que en esta época del año lleva un gran caudal debido al deshielo.