Las Cortes de Aragón se reunieron en Almudévar en el año 1227, durante el reinado de Jaime I. La asamblea se celebró en un periodo turbulento, mientras se estaban produciendo levantamientos contra el monarca en las principales ciudades del Reino de Aragón. A la inestabilidad propiciada por urbes como Zaragoza, Huesca o Jaca se sumaron varios grandes nobles de la época, de forma que en la reunión se promulgaron unos estatutos que imponían «la paz en el reino». El edicto hasta ahora se conocía por copias muy posteriores, pero el departamento de Historia Medieval de la Universidad de Zaragoza ha descubierto recientemente la versión más antigua de la que se tiene noticia en el Archivo Histórico Provincial de Huesca.

El documento, que se encuentra en fase de restauración, fue localizado por el profesor del grupo de investigación, Guillermo Tomás Faci mientras revisaba unos protocolos notariales de 1488 escritos en la ciudad de Barbastro. Como era habitual en la época, el pergamino de la encuadernación reciclaba textos anteriores, aunque se desconoce la razón por la que un documento tan relevante terminó relegado a la función de guardas, pues normalmente se usaba algo sin valor. «Lo cierto es que el descubrimiento ha sido completamente casual», indicó el historiador.

El contenido de estas disposiciones figura bajo un acuerdo del concejo de Murillo de Gállego en el que se detallaba la aplicación concreta de los acuerdos de las Cortes celebradas en Almudévar. Tomás Faci considera que se transcribieron únicamente dos o tres años después de su aprobación, pues este tipo de órdenes se distribuían por todo el territorio para su ejecución inmediata.

En la época medieval la Cortes de Aragón se reunían sin una periodicidad fija en emplazamientos que variaban según las necesidades de la corte. En ellas los diferentes estamentos del reino trataban de encontrar soluciones a problemas inmediatos. En este caso la reunión de Almudévar fue «trascendental» en la organización política de Aragón, hasta el punto de que sus disposiciones se insertaron en los Fueros de Aragón que se aprobaron en Huesca en 1247 y que con algunas variaciones estuvieron vigentes hasta la imposición de los Decretos de Nueva Planta promulgados entre 1707 y 1716.

RASPADO POSTERIOR

Una vez confirmado el descubrimiento, que se ha producido en el transcurso de los trabajos preparatorios para la publicación de las actas de las Cortes del reino de los siglos XIII y XIV que Tomás Faci prepara junto al también profesor Carlos Laliena Corbera, se procedió a desmontar el protocolo notarial del siglo XVI para estudiar a fondo el edicto, pues la encuadernación impedía su estudio completo.

La restauradora Begoña Alonso Rodríguez fue la encargada de descoser el tomo y proceder a un alisado inicial. El historiador señala que en la parte posterior del pergamino de las Cortes de Almudévar se procedió a un «raspado concienzudo» del antiguo texto, de forma que es imposible descifrar qué contenía. La esperanza es que un análisis con luz ultravioleta arroje alguna pista sobre su contenido. Otro aspecto a investigar en las próximas semanas es la razón por la que unas disposiciones de este tipo terminaron envolviendo unos protocolos notariales en la ciudad de Barbastro, pues son el tipo documental más abundante del periodo medieval.

Las primeras Cortes de Aragón fueron convocadas por Alfonso II en 1162 y se celebraron en la ciudad de Huesca.