Fue "un gran susto", pero afortunadamente se quedó en eso. Joel D. S. D. S., un niño de dos años que se perdió el sábado por la noche en el barrio zaragozano de Montañana, fue encontrado ayer por la mañana tras haber pasado la noche dormido en un campo. El análisis de los médicos del hospital Infantil confirmó que, como aparentaba, estaba en perfecto estado de salud, y ayer pasó la tarde rodeado de sus familiares en su vivienda. Sin duda tardarán un tiempo en volver a perderlo de vista.

La desaparición se conoció en torno a las 21.00 horas del sábado, cuando seis hermanos del niño regresaron a casa tras un paseo por el campo y descubrieron que el más pequeño no llegaba tras ellos. "Los medianos iban siguiendo a los mayores, y los mayores no hacen caso de los pequeños, y este se quedó atrás", explicaba ayer por la tarde la madre, mientras sujetaba al pequeño y miraba entre contenta y reprobadora a los hermanos.

La familia dio aviso a la Policía, cuyo grupo de Homicidios --que también tiene entre sus atribuciones la investigación de las desaparecidos-- se hizo cargo de la coordinación del operativo de rastreo. En él participaron los Bomberos de Zaragoza, Policía Local y efectivos de Protección Civil, pero la noche se les echó encima y dificultó la búsqueda.

El mayor temor de los investigadores era que el pequeño se hubiese caído al agua, ya que hay varias acequias que rodean la zona, en la parte trasera de la fábrica de papel del barrio. La familia, de etnia gitana y origen portugués, reside en un chalet a medio construir, con otras familias. Llevan mucho tiempo viviendo allí, según explicaron.

RASTREO Fueron horas de angustia, "susto, miedo", como repetía la madre. Los Bomberos de Zaragoza movilizaron a sus buceadores a primera hora de la mañana de ayer, para comprobar la acequia más próxima a las viviendas. Pero apenas acababan de llegar cuando el pequeño apareció andando por su propio pie por el camino de la Torre de los Ajos, al lado de su casa, descalzo pero en aparente buen estado.

Al parecer, había pasado la noche en un campo cercano, al darse cuenta de que se había perdido del resto de sus hermanos. Tuvo suerte de que le pasara en verano, ya que la temperatura mínima registrada en la noche del sábado al domingo en la zona rondó los 12 grados. El menor no presentaba signos de hipotermia ni de deshidratación.

Los propios bomberos aprovecharon que habían trasladado la ambulancia al lugar para llevar al niño al Hospital Infantil, donde los médicos le analizaron. Un protocolo habitual, según explicaron fuentes sanitarias, aunque no haya signos aparentes de lesiones. "Nos han dicho que estaba bien, está todo bien", aseguraba ayer su madre. Buena prueba de ello es que le dieron el alta a las pocas horas de su ingreso.

Con el susto en el cuerpo, pero con la felicidad de haber encontrado al niño, la familia volvió a su casa a celebrarlo, agradeciendo a la Policía sus esfuerzos. A buen seguro, los hermanos de Joel se asegurarán a partir de ahora de que va en el grupo.