Rubén Spiño Rey, un joven gallego de 33 años, que había desaparecido en la tarde del pasado sábado en Sos del Rey Católico, fue hallado muerto en la tarde de ayer cerca de la antigua depuradora de la localidad. Su cuerpo se hallaba desnudo pero no presentaba signos de violencia, según informó la Guardia Civil, que precisó que la identificación aún no estaba plenamente confirmada.

El cuerpo de la víctima fue descubierto en un arroyo poco profundo situado en una zona de difícil acceso en las inmediaciones de la localidad. El cadáver fue trasladado al Instituto Anatómico Forense de Zaragoza para la práctica de la autopsia.

Rubén Spiño, que residía en la villa, había salido a pasear sobre las 16.30 horas del día 26 y ya no había regresado, por lo que se montó un amplio dispositivo para tratar de localizarlo. El rastreo de los alrededores de la localidad cincovillesa empezó el lunes sobre las 15.00 horas, tan pronto como se comunicó a la Guardia Civil que el joven no había regresado a su domicilio tras salir a dar un paseo por el entorno de la población.

En la búsqueda intervinieron agentes de la Guardia Civil, bomberos de la Diputación de Zaragoza y miembros de Protección Civil, así como numerosos vecinos de Sos y de pueblos cercanos. «Al principio, el rastreo se desarrolló en un radio de cinco o seis kilómetros alrededor del casco antiguo», manifestó un representante municipal.

HELICÓPTERO

Asimismo, el dispositivo contó con un dron y un helicóptero que estuvieron sobrevolando la zona montañosa por la que se creía que había podido desaparecer el joven. Por otro lado, la Benemérita utilizó guías caninos, con perros especialmente adiestrados para localizar personas desaparecidas. En principio, no se trataba de una desaparición de alto riesgo, pero se barajaban varias hipótesis como causa probable del suceso, desde que Rubén hubiera podido sufrir un accidente hasta que se sintiera repentinamente indispuesto.

«Creemos que no era un gran aficionado al senderismo, por lo que no parecía probable que emprendiera una larga excursión», explicó un vecino de Sos que precisó que, «por la hora a la que salió, no podía alejarse mucho sin que se le hiciera antes de noche por estos parajes». «Vivía aquí, con una chica de Sos, y nunca le había pasado nada parecido», agregó.