Buzos de los Grupos Especiales de Actividades Subacuáticas (GEAS) de la Guardia Civil localizaron a primeras horas de la tarde de ayer los cadáveres de los dos pescadores de siluro alemanes que murieron ahogados el pasado viernes en el embalse de Mequinenza cuando su lancha colisionó frontalmente con otra embarcación en la que se desplazaban tres personas de nacionalidad eslovaca y checa, una de las cuales sufrió lesiones leves.

Uno de los cuerpos fue extraído del agua a las 17.30, y el otro, sobre las 18.15 horas, según informó la Benemérita. Los fallecidos son J. E. H, de 55 años, y C. J. W. B., de 54, quienes sufrieron el accidente cuando regresaban al atardecer al puerto deportivo de Caspe en una lancha de aluminio de 15 caballos, frente a los 50 de la otra embarcación implicada en la colisión. Uno de los cuerpos se hallaba en el lecho del embalse, a una profundidad de unos siete metros.

Los cadáveres, de hecho, fueron localizados en la zona que se había estado rastreando desde el principio, a un kilómetro del puerto deportivo.

Al parecer, según las primeras hipótesis, el siniestro se produjo a gran velocidad y el sol bajo del atardecer (eran las 19.40 horas) pudo deslumbrar al piloto de una de las lanchas, la que se acercaba al puerto deportivo desde el este del pantano. En principio, el consumo excesivo de alcohol quedó descartado tras comprobar que los supervivientes daban negativo en los tests que les fueron practicados.

También se barajó que pudiera tratarse de un ajuste de cuentas entre pescadores furtivos. Este extremo será uno los elementos en los que deberá profundizar la investigación que se abrirá para determinar las circunstancias en que se produjo un accidente que sorprendió a los aficionados a la pesca deportiva del Bajo Aragón zaragozano por su carácter poco habitual.

Por el momento se sabe que, nada más producirse el choque entre las embarcaciones, ambas de aluminio, la que llevaba a los pescadores que murieron ahogados empezó a girar sobre sí misma y pudo golpear a los tripulantes, que no llevaban chalecos salvavidas. La lancha también carecía, al parecer, de un mecanismo que inmoviliza la embarcación en cuanto percibe una brusca disminución del peso.

Los cadáveres serán trasladados al Instituto de Medicina Legal de Aragón, en Zaragoza, para la práctica de la autopsia, que puede arrojar datos sobre lo sucedido.