Los arqueólogos que trabajan en las excavaciones del conjunto de alfares mudéjares, aparecidos en un solar de la ciudad de Teruel, investigan la insólita aparición de la tumba de una mujer que se remonta a finales del siglo XIII. El esqueleto prácticamente completo fue descubierto bajo el suelo de una habitación donde se almacenaban leña y arcilla para la fabricación de cerámica, un hecho que ha centrado la atención de los arqueólogos por lo atípico del caso. El director de la excavación, Javier Ibáñez, informó a Efe que el cadáver lo depositaron "con mimo, no arrojado" en posición de decúbito lateral, con las manos en la región púbica, mirando hacia La Meca, como rige el rito musulmán, y sin ningún tipo de ajuar salvo un broche de bronce con aguja de hierro, que debía llevar en la cintura.

Para Ibáñez, del Seminario de Arqueología y Etnología Turolense, el cuidado con que se enterró a la mujer contrasta con la "irregularidad" del lugar, una zona de almacenamiento, sin que haya en zonas próximas elementos que indiquen la existencia de zonas de enterramiento.

Los restos aparecidos constituyen un esqueleto prácticamente completo de una mujer de 20 a 25 años, con una altura que podría sobrepasar 1,60 metros y complexión fuerte, en el que destaca una costilla rota, soldada antes de su muerte.