Quién iba a decir que para solucionar la saturación en las zonas de aparcamiento en los barrios de Zaragoza habría que buscar opciones de pago. Es lo que sucederá en la capital aragonesa, cuando venza el contrato con la empresa que se encarga ahora de las zonas azules y naranjas, Z+M, a finales del 2021, y se redacten unos nuevos pliegos. Las asociaciones de vecinos llevan tiempo reclamándolo porque consideran que es la única manera de acabar con la saturación de coches de sus calles y conseguir una mayor rotación. «Solo así los residentes podremos aparcar nuestros coches con algo más de facilidad», coinciden.

En Delicias llevan tanto tiempo reclamándolo que el pasado mes de febrero se comenzaron a pintar sus primas plazas de estacionamiento de pago. «La regulación no me gusta, pero la propuesta que nos han trasladado me ha convencido, sobre todo porque el objetivo es bueno, que es sacar los coches de la calle», explica el presidente de la Asociación de Vecinos Manuel Viola, José Luis Zúñiga.

Los técnicos de Movilidad han iniciado una ronda de contacto con los distritos para que puedan aportar ideas al proyecto que están redactando. «Queremos que esto surja del consenso, no vamos a imponer nada», explicó la concejala del ramo, Natalia Chueca, que busca reorganizar el espacio público.

«Nuestro problema es que la gente utiliza el barrio para acercarse al centro, así que aparca aquí y luego se bajan andando. Esto es lo que se pretendemos evitar», añadió Zúñiga. Un sinvivir que comparte con los vecinos del Arrabal, a poco más de diez minutos andando del centro.

El presidente de la Asociación de Vecinos Arrabal, Rafael Tejedor, comentó que posiblemente después del verano se haga una prueba piloto con las primeras plazas azules y naranjas. En esta zona pretenden crear 436 de pago, que se irán pintando de forma progresiva y en dos fases. Desde la Asociación Balsas Ebro Viejo todavía no se han posicionado, a la espera de disponer de más información y conocer qué calles se regularían en cada fase. Tanto esta zona como La Jota podrían verse afectadas si el estacionamiento de pago no incluye sus vías ya que los coches que buscan la ribera para aparcar acabarían haciéndolo en sus calles.

Esto mismo temen en San José, que también acogen la medida con los brazos abiertos. Apuntan que la división por fases puede originar incongruencias. Por ejemplo, que en un lado de la avenida San José el estacionamiento sea de pago y en la otra no. «Así lo que haremos será saturar una zona concreta», comenta Juan Carlos Crespo, de la Asociación de Vecinos San José.

La medida también acabará con otro sus males, y es que se utilización estos barrios como zonas de estacionamiento de largo plazo. «Dejan los coches semanas, y eso no puede ser», concluyen.