La Cámara de Comercio de Zaragoza se llenó ayer de jóvenes ávidos de un puesto de trabajo y, sobre todo, de una estabilidad laboral. La cuarta edición de su feria de empleo congregó a más de 150 aragoneses de entre 16 y 29 años y a 40 empresas, el doble que el año pasado. De esta forma, el certamen se consolida como una cita ineludible para las firmas que buscan nuevos talentos y para los jóvenes que quieren dar el salto al mercado laboral o mejorar sus condiciones actuales.

«Yo ya tengo 28 años y lo que busco es más estabilidad; es verdad que ahora salen bastantes ofertas, pero los salarios no son buenos y en muchas fijan periodos de prueba», explicó Manuel. En este sentido, este ingeniero técnico lamentó que algunas empresas se aprovechan de que «cada vez hay más candidatos para las ofertas que se presentan».

La feria reunió a empresas de muchos sectores, por lo que el perfil de los jóvenes también era muy variado. Pikolín, Sesé, Frutos Secos El Rincón, Samca, Decathlon, Fersa Bearings, Media Markt, Atades o la constructora Mariano López Navarro fueron algunas de las participantes. «Encontrar un buen trabajo de lo tuyo es complicado porque somos muchos y no hay tantas ofertas», indicó Óscar, que hace seis años acabó un grado superior de informática. «En todo este tiempo de lo mío solo he trabajado de becario», lamentó.

Con todo, algunas empresas presentes ayer en la feria abrieron una ventana al optimismo. La consultora tecnológica Nologin, por ejemplo, contrató gracias a la edición del año pasado a dos jóvenes que actualmente aún siguen en la compañía. «Estos salones te permiten captar muchos currículums en poco tiempo y eso siempre es interesante», indicaron en esta firma aragonesa.

La feria, sin embargo, también se llenó de ejemplos de precariedad. Es el caso de Pablo, un zaragozano de 24 años que estudió un grado medio de albañilería. «Ahora llevo un año sin trabajar; estuve seis meses de pintor, aunque también he sido dependiente y comercial», indicó el joven, que lamentó la «excesiva temporalidad».