Las asociaciones vecinales y de comerciantes del Casco Viejo de Zaragoza han denunciado la utilización de menores de edad, por parte de redes de tráfico de drogas, para la venta de hachís en las calles de la zona y en especial en las cercanías de los centros escolares.

"El problema es muy grave", denunció ayer Joaquín Contamina, coordinador de la Asociación de Comerciantes de Conde de Aranda, la arteria principal del barrio. "No sólo es que se esté vendiendo droga a escolares a la puerta de los colegios, sino que, cada vez con más frecuencia, los vendedores son también menores de edad".

"Hemos observado que ahora los compradores y vendedores de droga tienen entre 13 y 15 años", manifestó, por su parte, María Luisa Santafé, presidenta de la asociación vecinal de Conde de Aranda. "La Fiscalía de Menores debería actuar con más decisión y la Policía tendría que vigilar más".

El uso de adolescentes para el trapicheo con sustancias estupefacientes puede estar relacionado con el hecho de que, dada su minoría de edad, no son responsables penalmente.

ESPAÑOLES E INMIGRANTES Pero no faltan los vecinos del Casco que sospechan que "se utiliza a los chavales para infiltrarse mejor en los ambientes juveniles y pasar la droga con más facilidad", según indicó ayer un comerciante de Conde de Aranda.

"Los vendedores no son sólo inmigrantes, como se suele creer --comentó Joaquín Contamina--, sino que también hay españoles".

La detención, el lunes pasado, de una pareja magrebí que vendía hachís a escolares a la puerta de un centro de enseñanza ha vuelto a poner en situación de alerta una zona en la que los pequeños traficantes de droga parecen haberse adueñado de algunas de las esquinas más transitadas, como ocurre con la calle de San Martín, junto a Conde de Aranda, o en las calles Cerezo, San Blas, Boggiero, San Pablo y Mayoral.

"La calle de San Martín es un foco de venta de droga que hay que erradicar", señala Contamina. "Por eso hemos pedido al ayuntamiento que retire los maceteros que los camellos utilizan como bancos para estacionarse y vender su mercancía. Si se despeja la vía, quizá consigamos que se convierta en una calle normal".

"Hay cierta preocupación", manifestó un padre que lleva a sus hijos a un centro escolar de la zona. "Se comenta que algunos alumnos de Bachiller fuman hachís incluso dentro del colegio".

El consumo de drogas por parte de los menores de edad se ha convertido en una preocupación constante de las asociaciones de padres de alumnos y de los vecinos del casco viejo, una de las zonas de Zaragoza más castigadas por la venta de sustancias estupefacientes.

De hecho, su inquietud viene avalada por las estadísticas, que señalan que un 31% de los jóvenes aragoneses entre 15 y 18 años fuma hachís y un 7% toma speed , según un reciente estudio del Departamento de Salud del Gobierno de Aragón.