El economista José Carlos Díez, nacido en Palencia en1971, está recorriendo estos días varias comarcas del norte de la provincia de Teruel con un grupo formado por otros nueve expertos que proponen ideas para luchar contra el fenómeno de la despoblación. Este grupo de personas se ha estado reuniendo con empresarios y autoridades del Bajo Aragón, la comarca de Andorra y de las Cuencas Mineras, entre otros lugares, con el fin de abrir un debate de ideas que permita encontrar un enfoque desde el que lanzar proyectos realistas y no subvencionados para crear empleo.

-Las comarcas del norte de Teruel, que han vivido una prolongada crisis debido al declive del carbón y al cierre de la central térmica de Andorra, deben de presentar un problema de despoblación muy específico. ¿Cómo se puede abordar el problema?

-Va a ser más complicado porque han cerrado empresas que generaban muchos puestos de trabajo. Pero la realidad es que ahora la zona está viviendo un gran desarrollo la energía fotovoltaica y hay una conectividad muy potente de red de alta tensión que hay que aprovechar. Además, hay posibilidades de autoconsumo para los edificios. Y se trata de aprovechar eso no solo para poner las placas, sino crear empresas de instalación e ingeniería allí que se encarguen primero de hacerlo en la región y que luego puedan ir a otras provincias y zonas próximas a desarrollarlo. O sea, que donde vemos la crisis se abren también oportunidades.

-Es una zona de Teruel muy castigada por la despoblación. ¿No es ya un poco tarde para intentar revertir este fenómeno?

-Lo pasado ya no tiene solución. Llevan mucho tiempo preparando el cambio, se han invertido muchos fondos mineros…, pero lo que sí hemos notado es que hay una sólida red de empresarios y una gran proactividad entre los poderes públicos y el mundo empresarial. Y hay muchas ganas de hacer cosas. Y un poco lo que intentamos es pasar del Teruel Existe, que está muy bien, al Teruel innova. Las autovías están muy bien pero no resuelven la despoblación. Hay empresarios de la zona que empiezan a ver otros negocios en otros sectores, como el balneario de Ariño o las posibilidades de estas sierras, y eso se puede aprovechar, al igual que el desarrollo industrial.

-Parece una apuesta muy difícil de llevar a cabo.

-Es difícil crear empleo, es cierto, pero también se da el caso en zonas despobladas que hay demanda de empleo que no se cubre. Yo pienso que se tienen que combinar dos condiciones. Que sea una zona buena para trabajar y también que haya actividad y también que sea un sitio para vivir, que haya vida en los pueblos. Por ejemplo, la propuesta del alcalde de Alcañiz, Ignacio Urquizu, está muy bien. Se trata de que haya empleo pero también de que sea un sitio donde los jóvenes se quieran quedar a vivir, con actividad cultural, eventos… No es solo desarrollar empleos industriales, hay que crear vida en la zona, que la gente no se aburra. No puede ser una cosa sin la otra.

-Lleva unos días recorriendo la zona, visitando ayuntamientos y hablando con empresarios y también conociendo actuaciones de la iniciativa tanto privada como pública. ¿Qué le ha parecido Motorland en este contexto?

La pista está generando mucha actividad, sobre todo con motivo del Gran Premio, pero luego se alquila todo el año. Pienso que lo que tiene interés para toda la comarca es el sector tecnológico, hay dos o tres industrias muy potentes en la zona y se trata de potenciar la inversión en tecnología aprovechando la posibilidad de movilidad eléctrica que deja la crisis del sector del carbón y que está todavía por hacer. Y Motorland es un sitio que está cerca de la Universidad de Zaragoza, con pista de pruebas, con espacio para nuevas instalaciones. La idea es atraer industria europea de movilidad eléctrica.

-¿No se aspira en ocasiones a proyectos inalcanzables o de muy difícil aplicación práctica?

-Ya sabemos que es difícil, no se trata de vender motos, pero lo cierto es que es posible lo que proponemos. Proyectos nacidos desde abajo, en el pueblo, sin subvenciones públicas ni apoyo estatal, con el fin de crear empleo y crecer. Hay un pequeño ejemplo, un empresario de Arteixo que siendo autónomo ha creado 140 empleos, o la industria logística Sesé, que tiene su origen en la zona. Se trata de cambiar la dinámica de la queja y el desánimo. Se trata de no preocuparse si no tiene solución y de ocuparse si existe una salida. Estamos abordando proyectos que se pueden hacer y que hace que los pueblos, los ayuntamientos y las comarcas entren en otra dinámica favorable al darse cuenta de que son posibles. Por eso me he involucrado. Somos diez personas y lo hacemos sin cobrar. Se trata de buscar gente con talento que los apoye.

-Entonces, hay esperanza. Toda esta ebullición puede desembocar en algo positivo y que funcione.

-Hay que tener en cuenta que la despoblación no es un problema exclusivo de Teruel, también se da en países como Gran Bretaña y Alemania, entre otros. Además, como ejemplo positivo está el de la empresa Samca, que ha creado un proyecto en el que parte del carbón se usa como fertilizante, con una planta de 30 millones de euros que creará unos cien empleos.