Lo he llevado nueve años en silencio porque nadie hasta ahora me apoyaba". S. M., natural de Ecuador, de 27 años, víctima de malos tratos, se pronunciaba así ayer antes de conocer que el juez iba a decretar el ingreso preventivo en prisión de su compañero, Giovanni F. G., de 31 años, también de Ecuador, quien el pasado domingo fue detenido por la Policía Local. Ese mismo día se arrestó en Zaragoza a otros dos maltratadores.

Para condenar la violencia doméstica, la Comisión de Mujeres de la Federación y Asociaciones de Barrios de Zaragoza (FABZ) organizó una concentración con el lema Los malos tratos son un problema de todos, ninguna agresión sin respuesta , a las puertas del Juzgado, donde a las 18 horas tuvo lugar el juicio rápido. La manifestación fue secundada por una veintena de mujeres, que prestan apoyo a las víctimas de las agresiones, que en Aragón sumaron 1.041 casos en el 2003.

Uno de éstos es el de S. M. Con las huellas de su pesadilla en la cara y los ojos secos, esta ecuatoriana, que ha compartido diez años de su vida con el padre de sus dos hijos de 9 y 6 años, no tuvo que marcharse ayer a una casa de acogida del Instituto de la Mujer, como estaba previsto en el caso de que dejaran en libertad a su compañero. A las 20.30 horas, ella y su hermana pudieron regresar a su piso de la calle Toledo. Sin embargo, S. M. no dejó de temblar al enfrentarse a las consecuencias de denunciar lo que durante nueve años ha mantenido oculto en su interior.

"Al principio era un poco bueno por estar enamorado", explicó a EL PERIODICO antes del juicio. "Pero al nacer mi hijo empezó... Esta última vez no ha sido nada... Me ha llegado a estrangular, a arrastrarme por el suelo, me tiraba del pelo... Se burlaba porque sabía que no iba a decir nada". Fue hace dos años cuando S. M. llegó a Zaragoza tras tomar la dura decisión de separarse de sus hijos, a quienes dejó a cargo de su familia, para escapar de su pesadilla. Pero, a los tres meses él llegaba a Zaragoza, donde volvían a convivir. "A mis hijos no les tocaba, sólo a mí", precisó. "El no bebe, es así, no sé cómo le educaron, es perverso", sentenció.

El pasado domingo S. M. volvió a vivir un nuevo episodio de violencia doméstica, el que ha roto su terrible rutina. "Empezó a pegarme y aproveché que se marchó a la cocina para escapar a casa de una vecina, huí gracias a que él fue a buscar un cuchillo tras amenazarme", apuntó.

Ahora, S. M. está a la espera de la sentencia definitiva que tendrá lugar en un juicio próximo. Entre tanto, como explicó la coordinadora de la Comisión de Mujeres de la FABZ, Asun Gulina, intentarán acelerar el proceso para que sus hijos puedan venir a España y desde la FABZ seguirán prestando apoyo e información a las víctimas de la violencia doméstica en los barrios.