Un matrimonio de origen extranjero consiguió sacar con vida el martes por la noche a sus dos hijos de dos y cinco años del incendio declarado en su piso de la calle Nuestra Señora de Salz, en Zaragoza. El fuego, que se declaró a las once de la noche junto al televisor, en la sala de estar, arrasó completamente el 4º-F del número 47, donde vivían de alquiler. El ayuntamiento realojó a la familia en el albergue municipal.

Las llamas, que se expandieron de forma virulenta, subieron por la pared posterior del bloque hacia el 5º-F. Florencia Ramos y Juan Pedro Muñoz, jubilados, explicaban ayer: "Nos vimos perdidos. Observamos un resplandor en la ventana y, al acercarnos, las persianas estaban fundidas y los cristales se habían agrietado. Si cede el cristal, de aquí no salimos vivos".

"Salí al pasillo y grité: ¡fuego! ¡fuego!", explicaba Florencia. "Estaba todo lleno de humo. Nos asfixiábamos. Por un lado el fuego y por el otro el humo. Pasamos una noche apurados aquí, los dos viejos". Sin embargo, Florencia, cuyo marido no se había recuperado ayer del shock , actuó con serenidad: colocó toallas mojadas en las rendijas de la puerta, desconectó la luz y cerró la llave del gas. "Suerte que los bomberos habían llegado casi antes de que nos enteráramos del fuego, que si no...", añadió.

Mientras la pareja vivía la angustiosa situación, el matrimonio que ocupaba el piso donde arrancaron las llamas y los residentes del cuarto y el tercero comenzaron a dar la alarma. Los vecinos de las cuatro primeras plantas empezaron a desalojar sus viviendas mientras los bomberos pedían al resto de inquilinos que permanecieran en sus pisos para seguir aislados del humo. Sin embargo, algunos intentaron salir al pasillo.

Al final, nueve vecinos tuvieron que ser tratados por leves intoxicaciones por inhalación de humo. Un bombero sufrió quemaduras en el cuello.

El piso inferior al siniestrado se vio afectado por grietas en el techo y filtraciones de agua. Los bomberos tuvieron que utilizar 3.000 litros para sofocar las llamas. El piso colindante en el bloque 49 tuvo calientes las paredes hasta bien entrada la madrugada, explicó su propietaria.

Los vecinos de los 28 pisos del edificio, unos 80, entre ellos varios niños en pijama, permanecieron en la calle hasta las doce y media de la noche, explicó el presidente de la comunidad, Emilio Escribano.

Otro incendio dañó una casa en Utebo la noche del martes, aunque no provocó heridos.