Un vecino de Zaragoza sufrió el pasado miércoles diversas heridas cuando trató de proteger a su perro del ataque de otro can que escapó de su dueña en el paseo Fernando el Católico.

Los hechos tuvieron lugar alrededor de las nueve y media de la noche, cuando la víctima, Iván, paseaba con su can, un bulldog francés llamado Coco, por la zona de césped de este paseo a la altura del número 33. Fue entonces cuando otro perro que se encontraba en la zona escapó del control de su dueña y corrió los 30 metros que los separaban para atacar a la mascota del hombre, quien se agachó para proteger a su animal, de pequeño tamaño.

«Se me tiró encima, me arañó toda la espalda y el cuello», detalla este vecino de Zaragoza que sufrió los arañazos del animal en esas zonas y el hombro, además de mordiscos en la mano y el glúteo. En un lapso de un minuto, logró sostener en el aire a su mascota mientras sufría los ataques del otro. «Yo daba vueltas con el perro encima y el otro saltaba sobre mí todo lo que podía. Y cada vez que lo hacía, me hería», relata. «Estaba como loco y temía que me enganchara el brazo», apostilla.

El altercado concluyó cuando golpeó al animal: «Al final le pegué una patada en la cara y ya se tranquilizó», indica. Tras ello, reprochó a la propietaria del otro can, un perro de aguas, que este era muy agresivo. «Me lo negó», recalcó.

Además, denuncia que la mujer le mandó «a la mierda» y se fue «corriendo» del lugar, sin esperar a la llegada de la policía. «Le dije que tendría que llevarlo con una correa de protección, ya que iba con una fina, y por lo menos con bozal», añade.

Además, según cuenta, no es la primera vez que este animal provoca problemas en la zona. «Ya ha intentado atacar varias veces a mi perro», destaca, mientras que otros vecinos le comentaron que también ha sido agresivo con otras mascotas y que «va montando jaleos en el barrio».

Tras estos hechos, Iván acudió a Urgencias del hospital Clínico a que le atendieran las heridas que presentaba, donde le pusieron, además, la vacuna antitetánica. No requirió puntos. Al día siguiente denunció los hechos ante la Policía Local. Precisamente, los agentes le comentaron que la propietaria del otro perro tenía la obligación de haberse quedado en el lugar y aportar los datos del seguro. «Engancha a un crío y lo devora», asevera este vecino, que considera que un can con ese carácter debería estar bien adiestrado.