Cuando pasaban cuarenta minutos de la medianoche, un fuerte estruendo despertaba anteayer a decenas de vecinos del número 41 del Camino de las Torres de Zaragoza. Había explotado una bomba de fabricación casera en las manos de una de las personas que viven en la novena planta de este edificio. El hombre, Alfonso Francisco S. V., que estaba manipulando dicho artefacto permanece ingresado en el hospital en situación grave, especialmente porque podría perder alguna de las extremidades.

Fue la única consecuencia personal de este estallido. Tampoco se produjeron daños materiales que hayan afectado a los pisos colindantes. Ayer, los Tedax de la Jefatura Superior de Policía de Aragón realizaron un registro de casi cinco horas de la vivienda ante la sospecha, según fuentes consultadas por EL PERIÓDICO, de que este hombre guardaba en su domicilio diversas sustancias de alto poder explosivo, lo que pueden ser constitutivo de un delito de tenencia o fabricación de bombas, cuya investigación dirige el Juzgado de Instrucción número 1 de Zaragoza junto a la Brigada de Información de la Policía.

OBJETOS / En el interior de dicha vivienda, los agentes se aprehendieron de sustancias tales como agua oxigenada, ácido nítrico, ácido sulfúrico, sustancia que podría ser pólvora, gasolina, aguafuerte, así como dos botes que podrían contener triperóxido de triacetona, sustancia de gran inestabilidad y con alto poder de detonar. Junto a todo ello, según estas mismas fuentes, encontraron papel de aluminio y componentes electrónicos que hacen pensar a los investigadores en la «capacidad real» de Alfonso Francisco S. V. de realizar artefactos incendiarios.

Además, la Policía intervino los dispositivos informáticos, móviles, anotaciones manuscritas y correspondencia postal que este hombre tenía en su casa. Con ello, los agentes quieren esclarecer las intenciones que este zaragozano tenía, si bien, descartan, inicialmente, algún tipo de relación con terrorismo, aunque todas las hipótesis están abiertas. La presencia policial no sorprendió ayer a los vecinos del inmueble afectado, quienes, desde el anonimato porque los familiares de la víctima e investigado viven en el edificio, admitieron estar «hartos» de la actitud de Alfonso Francisco S. V. «Algo iba a pasar algún día, aquí ha venido muchas veces la Policía porque le gustaba tirar petardos desde su balcón», destacó una mujer, mientras resaltaba que «le daba igual que hubiera niños jugando en el parque».

Otros destacaron que su «grado de conflictividad» había aumentado tras la muerte del padre.