Un zaragozano de 48 años, J. V. S., resultó este lunes gravemente herido, después de que fuera sorpresivamente tiroteado por un hombre que consiguió salir huyendo y que la Policía Nacional busca. El ataque se produjo a primera hora de la mañana cuando la víctima salía con su coche del garaje.

El Grupo de Homicidios de la Jefatura Superior de Policía de Aragón investiga unos hechos por los que el agredido tuvo que ser trasladado de manera urgente al hospital universitario Miguel Servet de la capital aragonesa, donde fue intervenido quirúrgicamente. El agresor descerrajó tres disparos que le alcanzaron el torso y que tras la operación hizo que quedara ingresado en la uci donde su evolución es favorable dentro de la gravedad.

La agresión se produjo sobre las 07.15 horas, cuando la víctima salía con su turismo del garaje comunitario de su finca, en la calle Mainar, del zaragozano barrio Jesús. Iba de camino del trabajo. Tras remontar la cuesta y salir al exterior, un hombre que iba encapuchado y vestía de negro se puso delante de él con una bicicleta para evitar que siguiera su camino con el turismo. Entonces, el hombre de 48 años decidió salir de su turismo y al recriminarle su actitud fue tiroteado hasta en tres ocasiones. El sospechoso, tras ello, se marchó del lugar con la bicicleta, que dejó abandonada en un lugar cercano para proseguir la huida a pie. Todavía no ha podido ser detenido. Se sabe que iba armado con una revólver de calibre pequeño y que utilizó una bicicleta de alquiler, según fuentes cercanas a la investigación.

Ante la llamada de auxilio se desplazaron varias dotaciones de la Policía Local, que acordonaron la zona y tomaron la filiación de los testigos, y la uvi del Cuerpo Bomberos de Zaragoza, cuyos sanitarios realizaron una primera asistencia, le estabilizaron y le trasladaron al hospital.

Posteriormente hicieron lo propio la Brigada de Policía Científica de la Jefatura Superior de Policía que recogieron pruebas, así como agentes de Homicidios que pudieron tomar declaración a varios testigos. No hubo los suficientes, ya que el estado de alarma por la pandemia del coronavirus hizo que el bar Índalo, próximo al garaje, estuviera cerrado.

Restos de sangre en el lugar de los hechos. Foto: Ángel de Castro

Posiblemente esta circunstancia fue buscada por el asaltante para intentar pasar desapercibido, aunque hizo todo lo posible para evitar la identificación al llevar la cara tapada.

Los investigadores mantienen abiertas todas las hipótesis, manteniéndose abierta la línea de un ajuste de cuentas. El Cuerpo Nacional de Policía no pudo tomarle declaración a la víctima por su estado de gravedad.

En el garaje en el que ocurrieron los hechos está instalado un sistema de grabación de seguridad que será analizado por los agentes, al igual que el resto de cámaras de comercios y bancos de los alrededores. La ausencia de viandantes como consecuencia del confinamiento puede que ayude en las labores de identificación a los agentes del Grupo de Homicidios.

No se descarta ninguna línea de investigación, desde el móvil del robo al de un desquite personal. La Policía busca testigos del suceso. Al no haber testigos, han cobrado fuerza las conjeturas. Entre ellas la de que el conductor tocó la bocina para que se apartara el ciclista, lo que provocó la violenta reacción de este.