El 24 de agosto de 1837, en el transcurso de la I Guerra carlista por el trono de España, tuvo lugar una transcendental batalla en un paraje a medio camino entre las poblaciones de Villar y Herrera de los Navarros, en Zaragoza. Este año, el Ayuntamiento de Herrera de los Navarros, con la colaboración de la Comarca de Daroca y la Diputación Provincial de Zaragoza, marca un hito al promover, por vez primera, la recreación histórica de aquella batalla. Una actividad que recupera una importante, y hasta ahora desconocida, parcela de la historia de Aragón.

Y es que la batalla de Villar de los Navarros pudo haber decidido el trono de España a favor de las aspiraciones del pretendiente Carlos de Borbón (autoproclamado rey Carlos V, por cuyo nombre fueron conocidos sus partidarios como carlistas), hermano del rey Fernando VII. Muerto este en septiembre de 1833, había dejado el trono de la nación en manos de su hija Isabel II, y por ser esta menor de edad, quedó bajo la regencia de su madre, Cristina.

AVANCE HACIA MADRID

Conocida en los libros de historia como la batalla de Villar de los Navarros, aquel hecho de armas supuso una importante victoria para la causa de los carlistas, quienes, habiendo reunido el 15 de mayo de 1837 un gran ejército expedicionario en Navarra, avanzaban por tierras aragonesas hacia Madrid. Antes de la acontecida en Villar de los Navarros, los carlistas ya habían vencido a las tropas de la reina Isabel II en la batalla de Huesca (24 de mayo de 1837) y en la de Barbastro, acaecida el 1 de junio de aquel mismo año.

El ejército carlista, al mando del infante Sebastián (sobrino del pretendiente Carlos de Borbón), llegó a la población del Villar el 22 de agosto, mientras que las tropas de la reina, al mando del general Buerens, llegaron a Herrera de los Navarros al día siguiente. La batalla se entabló al amanecer del 24 de agosto, en el valle de La Cañada de la Cruz, a medio camino entre Villar y Herrera, a los pies del santuario de la Virgen de la Sierra, y se prolongó durante seis horas, finalizando con una contundente victoria de las tropas carlistas.

Esta batalla dejó libre el camino del ejército carlista hacia la Corte de Madrid, de modo que, apenas tres semanas después, el 12 de septiembre, llegó a Vallecas, emitiendo sus generales un manifiesto a los madrileños en el que anunciaban la inminente ocupación de la capital de España por un ejército carlista al mando de Cabrera El tigre del Maestrazgo

No obstante, en el último momento, Carlos V desistió en su idea de ocupar la ciudad y retiró a sus tropas. La I guerra carlista (conocida también como La guerra de los siete años) concluiría dos años después, el 31 de agosto de 1839, con la firma del Convenio de Vergara, pacto contraído entre el general de la reina, Espartero, y el carlista Maroto, en virtud del cual el ejército del pretendiente Carlos V depuso las armas.

El Ayuntamiento de Herrera de los Navarros ha programado esta doblemente histórica recreación (es la primera vez que se conmemora la batalla) con juegos y actividades didácticas especialmente dirigidos a los niños, quienes de una manera alegre y didáctica, podrán acercarse al apasionante mundo de la historia.

Asimismo, el 26 de agosto, a las 8 de la tarde en la Casa de Cultura de Herrera de los Navarros, tendrá lugar una conferencia en la que se desarrollará la historia, el contexto en el que tuvo lugar, y la trascendencia de la misma.

El 27 de agosto, a las 2 de la tarde, tendrá lugar en el pabellón de Herrera una comida popular de confraternización, que servirá como preludio a la teatralización de la batalla, la cual tendrá lugar a las 8 de la tarde en la plaza de la localidad, y será interpretada por un grupo de animación.

Una buena oportunidad, en suma para escaparse este fin de semana hasta Herrera de los Navarros, y aprovechar también para visitar la sierra y el santuario de la Virgen, así como poblaciones del entorno tan bellas y llenas de encanto como Villar de los Navarros, Nogueras, Santa Cruz de Nogueras y su museo de los mares mesozoicos.

Una inmersión fascinante por los hermosos paisajes de la comarca de Daroca, y una oportunidad --nunca mejor dicho-- histórica para hacerlo.