Tan anecdótico como curioso, pero sí, la primera gran superficie comercial instalada en Aragón fue el Alcampo de Utebo, el mismo día en el que los militares asaltaron el Congreso en un intento de golpe de estado fallido. Además de suponer la primera experiencia internacional para el grupo francés Auchan, este hipermercado supuso un antes y un después en el comercio de Aragón. Desde el 23 de febrero del 1981, el híper, tal y como es conocido popularmente por la mayoría de los aragoneses que acuden allí a comprar, continúa siendo referencia de la empresa en la comunidad y estandarte del gran comercio en Zaragoza.

De hecho, según comenta el director de Alcampo Utebo, Juan Pablo Jimenez, hace 40 años, cuando se inauguró el centro, «hasta vecinos de Navarra se acercaban a comprar» a este hipermercado.

Alcampo cuenta actualmente en Aragón con cuatro hipermercados, 38 supermercados propios y 48 franquiciados, y una plantilla que suma casi 2.000 personas. La entidad francesa realiza compras a casi 470 proveedores aragoneses por valor de 200 millones de euros anuales.

Volviendo a su historia, la inauguración del hipermercado estuvo marcada por la polémica y el embrollo político en el que se encontraba inmerso el país. A pesar de todo, el 23-F no frenó la puesta en marcha de Alcampo Utebo, aunque no fue hasta el día siguiente cuando abría sus puertas. «Fue una fecha que a cualquiera lo tiene en el recuerdo. Una compañera me contó que empezó a trabajar de cajera en el hipermercado en aquel entonces. Me dijo que salió muy tranquila de casa, pero conforme iba pasando la tarde sintió mucho temor por las noticias y la situación en la que se encontraba el país. Fue una situación un poco rara», relata Jiménez sobre aquella fecha tan señalada.

A pesar de todo, ese mismo fin de semana el hipermercado vivió su primer gran día de demanda. «Creo que se abrió un martes, y por lo que me cuenta la gente, ese fin de semana fue una locura. Llegaba el punto de que teníamos que cerrar las puertas para que la gente acabara de comprar y poder abrir al día siguiente. Era un momento en el que estaba cambiando el modelo de consumo, en el que aparecen unos precios competitivos y toda esa oferta, y la gente se lanzó a comprar», destaca el director de Alcampo Utebo. Más que hacer la compra, «para las familias ir a comprar era como montar una fiesta en aquel momento, era algo lúdico». «Ha sido un exitazo absoluto», recalca Jiménez.

Gafe con Zaragoza

Y eso que acabó en Utebo porque, no hay que olvidar, el alcalde de Zaragoza, Ramón Sáinz de Varanda se opuso a que se instalara en Zaragoza. Entonces, en defensa del pequeño comercio, estos espacios se veían como una amenaza en la casa consistorial. Curioso, teniendo en cuenta lo que ocurrió después. Lo cierto es que parece que Alcampo siempre ha tenido gafe con Zaragoza y con sus tres inauguraciones. La de Utebo por el 23-F, el de Utrillas con polémica con los comerciantes que acabaron judicializando su aterrizaje (y años después ganaron la batalla) y en el de Valdefierro porque el ayuntamiento obligó a retrasar su estreno por no querer concederle la licencia de apertura.

Sea como fuere, han pasado 40 años desde que el hipermercado abriera sus puertas, la sociedad ha evolucionado y sus hábitos de consumo también, pero en el grupo confían en que el modelo de hipermercado sigue siendo eficaz a día de hoy. «Ha habido una evolución, ha cambiado el comercio, pero el hipermercado sigue siendo un modelo válido, que debe conjugar la proximidad y el comercio online», explica Jiménez. «Tenemos un surtido de más de 60.000 referencias que evoluciona constantemente, han desaparecido mercados y han aparecido otros, pero hay que dar ese paso», añade.

Todo ello, además, con una plantilla de la tierra. «Tenemos 36 personas en plantilla que a fecha del 23 febrero llevan 40 años o más en la empresa. Y también hay gente repartida en Aragón que abrieron el de Utebo, o personas que trabajaron aquí por aquel entonces y han intervenido en la expansión de la marca por España», asevera Jiménez.

El horizonte

El propio director del hipermercado aragonés incide en que en el futuro más próximo de la cadena es intentar «estar presentes con las habituales tendencias de consumo», puesto que «el cliente quiere probar cosas nuevas, busca experiencias, y tenemos ese espacio». «Trabajamos en que el cliente pueda experimentar en nuestros supermercados, que pueda trastear con todo. No solo será un almacén como cuando abrimos, tiene que ser otra cosa», recalca Jiménez.

Alcampo no solo destaca por tener «la cesta de la compra más barata», sino que se definen a sí mismos por tener «una cesta saludable, local y una apuesta sincera por la sostenibilidad». Además, según expresan, quieren rendir homenaje a los padres y abuelos que trabajaron tanto la tierra con el fomento y la venta de los productos locales.