A veces tener el propósito de hacer el bien por los demás o hacer cumplir a alguien con las medidas de seguridad obligatorias puede salir caro. Dos hombres de 49 y 51 años, vecinos de Vizcaya, fueron detenidos la madrugada del pasado sábado por un delito de resistencia y desobediencia a la autoridad y también por provocar lesiones leves a uno de los agentes. Pero antes de que todo eso ocurriera, ambos agredieron al responsable de un bar en Sabiñánigo propinándole un mordisco en el brazo.

Los agresores entraron en el establecimiento sin cumplir con ninguna de las medidas sanitarias establecidas por el Gobierno, es decir, sin la mascarilla puesta y acercándose a la barra y al resto de clientes del bar sin guardar la distancia mínima de seguridad. Ante esta situación, el responsable del local les recriminó su actitud y les obligó a acatar las normas o, de lo contrario, ejercería el derecho de admisión. La respuesta no solo fue negativa, sino desproporcionada ya que le agredieron provocándole lesiones leves.

Instantáneamente fue alertada la Guardia Civil a través de la sala del 061 y hasta allí se trasladaron varias patrullas, también de la Policía Local. Después de identificar a los dos autores del hecho y cuando iba a engrilletarles, los dos agresores desobedecieron las indicaciones policiales, ofreciendo resistencia, llegando a herir levemente a uno de los agentes. Es por ello que se les imputaba un delito de resistencia y desobediencia a la autoridad, y también por agresión a uno de ellos.

Igualmente, se instruyeron sendas actas de infracción administrativa por incumplimiento de las medidas sanitarias establecidas con motivo del covid-19, cuyas sanciones se elevan hasta los 100 euros por el no uso de la mascarilla. Las diligencias realizadas por los agentes del puesto de la Guardia Civil de Sabiñánigo, junto con los detenidos, fueron puestas a disposición del Juzgado número 2 de Jaca, que decretó la libertad de ambos.

Esta, la de Sabiñánigo, no ha sido la primera agresión en un bar con motivo de la obligación a usar mascarillas. La noche del 7 de agosto en un bar de la calle Nicolás Funes, en El Rabal de Zaragoza. Sobre las diez horas, entró en el local un hombre que no llevaba protección en la boca y algunos de los presentes le recriminaron su actitud. F. R. G. G., de 50 años de edad, reaccionó de forma súbita e inesperada ante la petición unánime de la clientela, que sintió que no se podía permitir una conducta antihigiénica de esa categoría en una ciudad que figura como la de mayor incidencia de España en lo relacionado con los rebrotes de coronavirus.

El hombre sacó de un bolsillo un objeto punzante y amenazó con él a los clientes, que inmediatamente llamaron a la Policía Local. Se personó de inmediato una patrulla que procedió a detener en el acto al sospechoso. Eran las diez de la noche y, a continuación, tras prestar declaración para la elaboración del correspondiente atestado, fue llevado ante el juez de guardia como presunto autor de un delito contra las personas (amenazas), según informaron fuentes del Cuerpo Nacional de Policía.

La normativa impuesta por la DGA sobre el uso de mascarilla es tajante y señala taxativamente que es obligatoria tanto en espacios interiores como exteriores de carácter público, incluso cuando se mantiene la distancia.