Un hombre de 59 años murió ayer ahogado en la balsa de suministro de agua de boca al pueblo de Almunia de San Juan, cerca de Monzón. Al parecer, la víctima se lanzó al agua para tratar de rescatar al perro que estaba paseando y que había caído al interior del depósito. «Se ve que no ha podido salir», manifestó un residente de la localidad, que explicó que el fallecido residía en el pueblo desde que, hace un año, se casó con una vecina de Almunia de San Juan.

«Es una de esas balsas con lona alrededor y quizá haya resbalado», manifestó la misma persona, que indicó que el suceso había causado una gran consternación entre los habitantes.

En los últimos diez años, otras cinco personas han muerto en Aragón al caer en balsas o entrar en ellas en busca de los perros con que estaban cazando. En enero del 2007, dos hermanos de Vera de Moncayo y Añón fallecieron en Murchante (Navarra) cuando entraron en una balsa en la que se había introducido su perro. El primero de ellos quedó atrapado en el fango y el otro, al verlo, trató de ayudarle. Pero ninguno de ellos logró ganar la orilla.

También en enero del 2007, un joven de 17 años que se hallaba cazando con su padre en Monegros se metió en una balsa de riego para rescatar a su perro, que había entrado en el depósito para recoger un pato que había sido abatido poco antes. El muchacho no pudo regresar y falleció ahogado. El suceso se produjo entre las localidades de La Almolda y Valfarta.

En julio del 2014, un menor de 7 años y originario de Malí, pereció en una balsa privada cerca de Binéfar.

Finalmente, en diciembre del 2016, un cazador de 36 años tampoco pudo salir de una balsa de riego a la que había entrado uno de sus perros, en el pueblo oscense de Zaidín.