La primera misión internacional de la Brigada Aragón I, como integrante de la misión Unifil de la ONU en Líbano, celebró ayer en su ceremonia de despedida oficial en el acuartelamiento principal de la brigada, en la base San Jorge de la carretera de Huesca. Un acto en el que el contingente, integrado por casi 600 hombres de la base de Zaragoza, los cazadores de montaña de Jaca y también los dos en Cataluña -amén de tropas de Logística, guardias civiles y soldados brasileños y salvadoreños-, recibió el aliento del que se será su general, también en el país asiático, el general Sánchez Martínez-Falero.

El acto fue presidido por el general Ruiz Olmos, jefe de la división San Marcial con base en Burgos, en la que se integra la Aragón I. Ruiz deseó buena suerte a Sánchez, quien a su vez previno a sus hombres -buena parte de ellos, hasta 383, aragoneses- de que van una zona (la base Miguel de Cervantes en Marjayoun) de «calma tensa», en la que hay que estar prevenido porque «cualquier incidente puede causar una escalada de tensión» en la frontera libanesa e israelí. «En Líbano, todos los días son lunes», ilustró.

La bandera aragonesa de la unidad ondeará por primera vez allí, pero muchos de los soldados, como integrantes de la antigua brigada Castillejos II, tienen amplia experiencia internacional. No es el caso de la soldado Ana Cristina Guerrero Montañés, quien, tras diez años en el Ejército de Tierra, participará por primera vez en esta misión de seis meses. Lo afronta con «ilusión», explicó, y confía en una misión plácida y en sobrellevar el dejar a su familia durante medio año.