La hospedería del Monasterio de Rueda, que lleva ocho meses cerrada, abrirá a finales de este mes. Pero lo hará de forma provisional, sin servicio de restaurante, solo con habitaciones y desayuno, según explicaron ayer los empleados del anterior concesionario de la instalación hotelera del Gobierno de Aragón, que intentan que la nueva empresa los contrate, en cumplimiento de la normativa.

Sin embargo, la nueva compañía, fruto de la fusión de dos firmas distintas, ha recurrido a personal de empresas de empleo temporal e incluso a trabajadores de la zona con "escasa experiencia laboral en hostelería", según señaló ayer Javier Aguayo, responsable del comité de empresa de la hospedería del Monasterio de Rueda.

"Es todo irregular, no sabemos cómo el Gobierno de Aragón da su visto bueno a esta operación", subrayó Aguayo, que aseguró que la nueva concesionaria tiene la obligación de subrogar al personal que prestaba sus servicios en la instalación. "La contratación se está haciendo con personal de empresas de empleo temporal o por horas", manifestó este representante.

Mientras, el destino de este negocio hostelero de carácter público sigue concitando el interés de las distintas fuerzas políticas, que piden que la Administración autonómica aclare su postura.

Así, IU y CHA se mostraron ayer preocupados por la situación de los trabajadores, que llevan varios meses sin saber si el nuevo adjudicatario de la gestión les subrogará o no, según informó Efe.

Para el diputado de IU Adolfo Barrena "no es aceptable que el Gobierno de Aragón se quede impasible ante el flagrante incumplimiento de la UTE Manzana Hospederías, que asumió el compromiso de recolocar, al menos, al 70% de la plantilla anterior". Barrena lamentó la "pasividad" del consejero de Economía y Empleo, Francisco Bono, y su equipo, ante esta situación.

Por su parte, CHA preguntó al Gobierno de Aragón qué va a hacer ante la situación de los trabajadores, puesto que la empresa ha comenzado el proceso de selección de empleo sin ponerse en contacto con ellos. Para CHA, la plantilla, que lleva más de 10 años en la hospedería, está compuesta por personas "activas y experimentadas que viven en el territorio y están comprometidas con él".