Tras el revuelo generado con la nueva ordenanza del ruido de Zaragoza, los representantes de la hostelería y el ocio nocturno en Zaragoza se reunían ayer con el responsable de Economía y Cultura en el consistorio, Fernando Rivarés, para trasladarle su malestar por la normativa sobre la que él, más allá de formar parte del Gobierno de Zaragoza en Común (ZeC) no tiene ninguna competencia.

Estos establecimientos, no obstante, salían del encuentro con la sensación de haber sumado un «aliado» en este «revuelo» suscitado. Y, además, agradecían que sea alguien que entiende su postura «como transmisores de cultura» en la ciudad y con beneficio para el turismo para que pueda estar de su parte en este conflicto con su partido.

«Pienso que la ordenanza, que aún es un borrrador, del ruido es la más valiente y profunda que se ha hecho en 44 años», explicó el edil de ZeC para recordar que la problemática, «si la hubiera», que ahora puede enfrentar a la hostelería con el ayuntamiento por la nueva ordenanza es un problema «sin resolver» todavía en la ciudad y que ahora es su Gobierno quien ha decidido ponerle una regulación más ambiciosa.

Aunque el concejal hizo más hincapié en otra cuestión abordada en la reunión, especialmente relacionada con las fiestas del Pilar, que era su modelo de «cultura y turismo sostenible que ponga en valor el talento local», de manera que «hay que defender la música en directo, la gran oferta que ofrece Zaragoza y me siento responsable de que siga siendo así». No se posicionó tan claramente como le pedían, porque este tema es de Urbanismo.