Los empresarios del Pirineo siguen protestando ante el riesgo de quiebra al que se enfrentan. Durante este martes han recorrido a pie un buen trecho por las carreteras de Aínsa hasta la sede de la comarca del Sobrarbe con la intención de visibilizar un malestar creciente en el sector.

Las ayudas anunciadas por la DGA se consideran insuficiente al considerar que van a pasar toda la temporada de esquí sin poder trabajar. Los afectados de todos los valles y la capital provincial solicitan que se estudie un rescate, una figura o declaración similar a la de zona catastrófica, al tiempo que reclaman «ayudas directas e incentivos fiscales y al consumo», unidos a la «permeabilización» del territorio pirenaico y la habilitación de fórmulas, como la adquisición de forfaits, para permitir el paso de esquiadores.

La primeras concentraciones se produjeron la pasada semana. En la localidad de Biescas, se reunieron 200 personas y unos días después más de 500 ciudadanos cortaron la carretera A-136 a la altura de Escarrilla. También ralentizaron la circulación por la autovía de Barbastro. Este pasado domingo, en Formigal se superó el medio millar en otra protesta para pedir que se abra la zona al turismo.

Esta misma mañana está prevista una reunión de los sectores de la hostelería y el comercio altoaragonés con el presidente de la Diputación Provincial de Huesca (DPH), Miguel Gracia, y con el alcalde de la capital, Luis Felipe.

En dicho encuentro estará presente el presidente de la Confederación de Empresarios de la provincia, CEOS-CEPYME Huesca, Fernando Luna, quien ha señalado que estas últimas medidas les "están ahogando mucho más" y, ha añadido, "es lo que les vamos a trasladar al presidente de la Diputación y al alcalde de Huesca, a quienes les vamos a plantear medidas concretas, porque necesitamos soluciones".

Luna ha lamentado la incertidumbre a la que tienen que enfrentarse a diario desde hace meses los empresarios de estos sectores y que les ha llevado a una situación "límite".