No se han cansado de levantar la voz en todo el año pidiendo lo que consideran justo: trabajo y dignidad. Hoy mismo hay una protesta de los locales de ocio nocturno, que no han podido volver a abrir en las condiciones anteriores. Es el sector más peliagudo, pero no se cansan de gritar, como los del turismo, los hoteles, los pequeños bares, las casas rurales, los restaurantes... Todos han sufrido el crack más inesperado de la historia, en el peor año que se recuerda en este sector en términos absolutos. Decenas de estudios muestran el desastre económico. A la espera de que llegue el anhelado impulso por parte del Gobierno central y el aragonés, el Consejo Aragonés de Cámaras de Comercio, Industria y Servicios afirmó en un informe reciente que el segundo trimestre del 2020 fue el peor en la historia de la hostelería en Aragón, alcanzando el 68% del total en promedio incluyendo pérdida de afiliados, ertes y ceses de actividad.

No se ha salvado nadie, ninguna provincia, ninguna capital, mucho menos los pueblos que reúnen su presente en torno al turismo o la nieve. Va mejorando, se ve un punto de perspectiva, aunque las cifras no terminan de levantarse. Hubo comarcas que llegaron al 80% en el segundo trimestre, como Sobrarbe y Ribera Baja del Ebro, quedando aún en el cuarto trimestre otras como el Alto Gállego en el 74%, según informa Horeca.

Da igual dónde mirar, el desastre campa por valles y montañas. La afectación relativa es mayor en el subsector de alojamientos que en el de comidas y bebidas, con diferencias que en promedio superan los 12 puntos porcentuales, siempre hablando en términos globales. Hay casos y casos.

En resumen, el estudio de las Cámaras de Aragón, en colaboración con la Confederación de Empresarios de Hostelería de Aragón (CEHTA) y elaborado desde la cátedra de Análisis Económico de la Universidad de Zaragoza, revela que la actividad del sector hostelero en Aragón cayó en un 50% entre marzo y diciembre del 2020 y que la facturación se redujo en 1.100 millones de euros.

Según este estudio, la facturación de las empresas del sector en la comunidad entre marzo y diciembre del 2019 fue de 2.200 millones, mientras que en el 2020 la cifra se redujo a la mitad, quedando por debajo de los 1.100 millones de euros. El 22,13% del total de la facturación perdida corresponde al sector del alojamiento, que tiene una caída de la facturación de más de 240 millones de euros. En el subsector de comidas y bebidas la caída de la facturación en Aragón fue de 848,88 millones, de los cuales 594,21 millones (69,99%) se deben a Zaragoza. En todo caso, los impactos son asimétricos trimestral, sectorial y geográficamente.

Según el estudio, la caída del Valor Añadido Bruto (VAB) ha sido de 500 millones y los beneficios del sector se han reducido en 60 millones. Refleja, además, que el sector hostelero está realizando «un enorme sacrificio económico en favor de un beneficio social superior como es la salud de los ciudadanos», por lo que considera de justicia establecer compensaciones lo más ajustadas posible a las cifras que se aportan.

Así, concluye que las referencias para posibles medidas de recuperación de la hostelería aragonesa «podrían fijarse en 60 millones de euros por pérdida de beneficios de explotación y 100 millones adicionales por costes fijos soportados sin ingresos».

En el conjunto del país, la cifra de negocios de la hostelería descendió en el 2020 un 51,4% respecto al año anterior, según los datos de los Indicadores de Actividad del Sector Servicios del INE. Este descenso supone una pérdida cercana a los 67.000 millones de euros, respecto a la facturación que se alcanzó en 2019.

Aunque en todas las comunidades autónomas tuvo lugar un descenso de la cifra de negocios respecto al año anterior, el ritmo de caída ha sido diferente en cada una de ellas. Baleares sufrió el mayor descenso, con una caída de un 70,8% respecto al año anterior. También facturaron menos de la mitad que el año anterior Canarias (-59,8%), Cataluña (-52,6%) y Andalucía (-51,7%). Aragón se quedó en un -45,1%, con graves consecuencias en bruto para Zaragoza.

Las estimaciones de la Asociación de Cafés y Bares a finales del 2020 ascendían a un 30%. La ausencia de un censo de bares, tanto en Zaragoza como en Aragón, «dificulta una referencia rigurosa tanto en relación al número de bares como a los negocios de esta tipología que se han destruido». Según el último anuario de Hostelería de España del 2020, que recoge los datos del año inmediatamente previo, en Aragón habría 8.770 establecimientos en el 2019. «Resulta que, en estos días donde tanto se habla de digitalización, no existe un censo de bares, ni en Aragón, ni en Zaragoza. La causa es una interpretación de los artículos 55 y 56 del texto refundido de la Ley de Turismo. En el 55 se dice que los establecimientos hosteleros son considerados turísticos, pero en el 56 dice que los cafés y bares no tienen que inscribirse. Esa fue la razón administrativa por la que estos no estuvieron incluidos en las primeras ayudas directas que dio DGA, a principios de verano, que solo incluía a los del epígrafe del artículo 55: restaurantes, cafeterías y alojamientos».

Competencias y datos

«Después de mucho bregar, y poca voluntad política por parte de los cuatro partidos que gobiernan Aragón, además de IU, conseguimos esa ayuda de 1.000 euros para cada café/bar y 3.000 para los de ocio nocturno, que cuatro meses y medio más tarde empiezan a cobrarse. Se ve que desde la DGA quieren que esa competencia turística la asuman otros, ya veremos...», dicen en la asociación; donde explican que la competencia de ordenación turística en materia de bares, en el caso de Zaragoza, es de la ciudad vía Ley de Capitalidad. En el resto de Aragón es de las Comarcas. «Ese trato diferencial con respecto a las cafeterías y restaurantes, cuya ordenación turística sí es competencia de la DGA, carece de sentido y rompe el criterio de unidad».

Los datos facilitados por Cafés y Bares corroboran la realidad que explican. El total de afiliados con alta en hostelería en la provincia de Zaragoza en febrero del 2020 era de 26.476 (20.505 trabajadores por cuenta ajena y 5.970 autónomos). Un año después hay casi cinco mil menos: 21.648 (15.928 empleados y 5.720 autónomos)

En cuanto al total de trabajadores afiliados en hostelería en Aragón, hace un año eran 39.585 (29.967 trabajadores por cuenta ajena y 9.618 autónomos). La cifra se ha quedado en 31.558 (22.367 trabajadores y 9.191 autónomos).

Según estos datos, la afiliación ha caído en Zaragoza un 18,24% (22,32% en relación a los trabajadores y 4,19 % en relación a los trabajadores autónomos). En Aragón el descenso es de un 22,80% (25,36% en relación a los trabajadores y 4,44 % en relación a los trabajadores autónomos).

«De no haber existido los ertes, las cifras de descenso de afiliación en trabajadores por cuenta ajena, y probablemente, autónomos, serían más acusadas, teniendo en cuenta que en la actualidad la mitad de los trabajadores en erte en todos los sectores pertenece al sector de la hostelería, y eso en gran medida se habría materializado en destrucción de empleos en la práctica de no existir esta figura».

Queda el futuro, los hábitos, las consecuencias que afectarán al modelo tradicional de hostelería. «Por el momento, tenemos muchas preguntas al respecto y muy pocas respuestas. Sin duda, una de las consecuencias o afectaciones sobre las que influye innegablemente la pandemia son las formas de interrelación social, especialmente en la faceta de ocio. Desconocemos, en primer lugar, la vigencia y alcance de las medidas restrictivas de aplicación en los establecimientos hosteleros del sector, si la mutación de los hábitos de consumo será permanente en el corto y medio plazo o si perdurará en el largo, en paralelo a la consecución de una situación de nueva normalidad; cuando reanudarán sus actividades los negocios de ocio nocturno, etcétera», concluye José María Marteles, presidente de Cafés y Bares.

El bajón de Zaragoza

Del 25 de mayo al 31 de diciembre de 2019, las consultas en las oficinas de Turismo de Zaragoza fueron 205.763, 64.033 de ellas de extranjeros. El mismo periodo, un año después, dejó 31.771. Es decir, un 85% menos. Hay poco que explicar. Algo ha mejorado, un poco, dice Conrado Molina, gerente de Zaragoza Turismo: «Los que barajamos actualmente están en torno al 80%. Se nota que hay una tendencia ascendente, provocada por los zaragozanos que están animándose a disfrutar de todas las opciones de ocio que ponemos a su disposición. Además, las actividades previstas para Semana Santa están prácticamente llenas. Lo que se desprende de esto es que la gente tiene ganas de utilizar nuestros servicios», el momento que tantos aguardan para empezar a levantar la cabeza después del año del crack de la hostelería. Del crack y del 'catacrack'.